Pola de Siero, sin servicios en el parque
Hoy toca vieja batallita. Con ésta, además, saldo una deuda. O lo intento. Unos lectores me han pedido escribir algo sobre los servicios públicos del parque Alfonso X de la villa, capital del concejo. De verdad me conmueve que los lectores crean que mi escrito puede servir de algo; realmente no entiendo por qué nos llevamos todavía las manos a la cabeza cada vez que aparece algo semejante a lo que nos ocupa, deberíamos llevarlas al corazón al descubrir en manos de qué gobernantes estamos, que, en vez de resolver problemas, nos los crean.
Me dicen que estos servicios del parque poleso, antes los cerraban un viernes por la tarde hasta el lunes –para ellos esos dos días no es necesario evacuar–, pero es que ahora los han cerrado. Llevan más de un mes sin prestar servicio, tienen unas instrucciones de uso: luz verde, pulsar botón y abrir posteriormente la puerta; accedes al interior, la puerta se cierra automáticamente y se enciende la luz roja; dispones de 15 minutos de servicio. Pero como no tiene luz verde porque la han quitado, pulsas botón el rojo y la puerta no se abre; como no se abre la puerta, no puedes acceder al interior ni disponer de los 15 minutos de servicio en los servicios del parque y el ciudadano tendrá que resolver el asunto tras un seto.
Aireado este punto ¿de quién es la culpa? Aquí es donde radica el verdadero problema, la culpa es de todos los que sólo se acuerdan de los ciudadanos para pedirles el voto, que elaboran programas atractivos, fórmulas y propuestas muy sugestivas que nunca cumplen. Y, como en la oposición tenemos gente que cuando tiene que gestionar algo, aunque sea tan sencillo como el dar la luz a los servicios del parque, le llegan los problemas. Se hacen los sordos ante el clamor de los vecinos, son gente sin tirón y sin valores y a los que nunca se les han pedido responsabilidades, personas que llevan en el equipo de gobierno más tiempo que “Los Simpson” en programación y que, para más bochorno, están incluidas en la lista de las cercanas elecciones municipales, porque para esto sí que nuestros políticos mueven el “retambufé” –el desaparecido y olvidado Cela gustaba llamar “retambufé”, no sé con qué fundamento, porque está claro que no consiguió meter el palabro en el DRAE, a esta parte del cuerpo que usamos de asiento, entre otras cosas.
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