FEVE Y LAS ORTOPEDIAS
Pónganse ustedes en situación. Soy propietario de una ortopedia. La mayoría de mis clientes son personas mayores o con movilidad reducida. Mi local tiene un escalón en la entrada. He decidido impulsar mi negocio y he puesto dos escalones más. ¿Sorprendidos? Acabo de hundir mi negocio poniendo más trabas a mis potenciales clientes, que se van a la competencia, que ha puesto una rampa para discapacitados.
Esta absurda y metafórica iniciativa es la que está impulsando FEVE (actualmente RENFE) con sus magníficas políticas para captar negocio. Sus clientes son mayoritariamente personas mayores, con conocimientos nulos para el uso de máquinas expendedoras de billetes y, claro, FEVE instala estas máquinas maravillosas y además elimina al personal de las estaciones. ¡Bien hecho señores directivos de FEVE! Imagino que en la Facultad de empresariales/económicas sacaron ustedes Cum-laude. Enhorabuena, así se hunde un negocio (igual que he hecho yo con la ortopedia), a no ser, claro está, que su intención sea hundirlo. Entonces ya no digo nada.
Si uno viaja en tren por el extranjero, y yo lo hago, descubrirá que también allí se han pasado a las máquinas expendedoras y a los tornos de entrada en las estaciones. Pero, curiosamente, siguen estando los empleados en cada estación, habitualmente dos en un apeadero pequeño.
Y les estoy hablando de Francia y de Reino Unido, no de Somalia. Dejaré una pregunta en el aire para los avispados lectores ¿Cuántos directivos tiene FEVE-RENFE ahora y cuántos tenía hace veinte años? ¿Y cuántos empleos de base se han reducido en ese mismo periodo? Yo se la respuesta y ustedes creo que también se la imaginan. Nos vemos en la ortopedia antes del cierre.
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