Arzobispo sin pausa, réplica al señor Méndez Álvarez-Magadán
Sin prisas pero sin pausas, Sr. Méndez, y digo sin pausas porque en los momentos actuales, con crisis de todo tipo, económica y social, pero sobre todo de vocaciones religiosas y de convicciones ideológicas, de pérdida de valores, de desunión y de divergencias, en estas circunstancias, no parece que lo más adecuado sea tener a una decena de diáconos pendientes de su ordenación sacerdotal, cuando existen infinidad de parroquias con sus titulares vacantes.
Y no es baladí el que múltiples centros rurales se ven imposibilitados de una mínima atención espiritual. Se podría aplicar aquí el Evangelio de S. Lucas 10,2: La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
Parece que el escrito del Sr. Méndez Alvarez-Magadán, destila una cierta animadversión contra los curas del foro, contra los seguidores del cura guerrillero y seguramente contra todo aquel que ose discrepar de la doctrina de la Conferencia Episcopal Española que en el fondo es quien acepta que durante más de ocho meses se medio paralicen muchas decisiones dentro de nuestro Arzobispado. Cierto es que estos nombramientos dependen del Nuncio, pero si este cesó el 3 de julio y fue sustituido el 20 de agosto, no es de recibo que para el tema que nos ocupa se pueda demorar la elección indefinidamente.
Por otro lado si por curas guerrilleros se entiende a aquellos que en un momento de su vida no dudan en defender, incluso con las armas, la justicia social contra los esclavistas y los asesinos, yo los prefiero a aquellos que llevaron bajo palio a un nefasto personaje que fusiló a lo largo de cuarenta años a todo tipo de ciudadanos, a algunos por el único delito de no estar de acuerdo con sus indefendibles ideales. A estos que permitieron y nunca protestaron porque ese dictador se otorgase el título de caudillo por la gracia de Dios, a esos posiblemente les convenga el inmovilismo de estos últimos días, pero a esos convendría citar aquí que hasta Jesús tomó las armas y azotó a los cambistas y usureros del templo.
Que oportuno el Evangelio de San Marcos 6, 34: Sintió compasión porque andaban como ovejas sin pastor. También es cierto que si nos quieren nombrar, líbrenos Dios, como Arzobispo al sobrino del ínclito monseñor Rouco o alguno de sus correligionarios preferimos continuar con Archidiócesis vacante, sin nombramiento de sacerdotes, sin designación de párrocos, porque es cierto que Jesús estará con nosotros hasta el fín del tiempo e igualmente es cierto que dijo que «Donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos»(Mt 18, 20). Me imagino que mi antagonista se reunirá muy a menudo con al menos otra persona y por eso no necesitará ni pastor ni ovejas,
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