Pactos y apaños
Esto es lo que va a ocurrir en la próxima legislatura, porque eso de que un partido, el que sea, gobierne en mayoría llevándoselo todo por delante se acabó. Vamos a ver apaños sorprendentes y verdaderamente preocupantes, y bien quisiera uno equivocarse. Como está montada la bolera electoral, Podemos, que tiene muy bien estudiado y planeado su asalto al poder –lo de asalto no se toma en mal sentido, esto es, como otra Bastilla–, se va a llevar consigo a toda la izquierda, menos al PSOE. Vamos, esto es lo que intuimos y se vislumbra, visto cómo está el juego político en esa bolera, en la que ese partido de inspiración bolivariana parece tener ganada la partida (eso dicen y aplauden continuamente sus dirigentes). ¿Qué ocurriría si a última hora los socialistas se unen o pactan con Podemos formando otro Frente Popular como aquel otro de febrero de 1936, en la España republicana? De todos es sabido lo que entonces ocurrió, sobre todo los que lo vivimos: que la izquierda barrió a la derecha mandando a la CEDA de Gil-Robles a la oposición, partido y líder reencarnados hoy en el PP y Mariano Rajoy, que debe de estar que no le llega la camisa al cuerpo.
Pero como a Pedro Sánchez y su partido Pablo Iglesias y los suyos los tienen también conceptuados como una casta despreciable, creemos que no pactarán con Podemos, y entonces las tornas pueden cambiar, sobre todo si el pacto en cuestión lo hace el PSOE con el PP, partidos ambos moderados y sin extremismo alguno. Nada, que se puede decir, y hasta asegurar, que el PSOE es el comodín o llave para un pacto o apaño que puede cambiar los destinos de este carpetovetónico país, en un sentido u otro. Es una lástima, dicho sea una vez más aquí, que la política bolivariana de Podemos sea tan extremista y radical, porque de otra manera, dentro de los cauces democráticos y constitucionales, Pablo Iglesias y los suyos tendrían muchas posibilidades de conseguir ese electoral salto al poder. Porque son jóvenes y preparados, pero los pierden ese radicalismo y un sistema político trasnochado que llevó a algunos pueblos al atraso y la sumisión, arrebatándoles algo tan sagrado como es la libertad.
Sí, mucho es lo que se juega España, que nos jugamos todos, electoralmente, en mayo y noviembre. Que el partido que salga de las urnas, de la ideología que sea, sepa gobernar bien, acertadamente para todos, fiel a los principios democráticos y constitucionales. Paz y trabajo para todos; los fósiles y garrapatas políticos, a casita de cabeza. Y de cabeza también, pero a la cárcel, todos los chorizos, corruptos y sinvergüenzas, con devolución de cuanto robaron y amañaron. Y todos, hermanados y solidarios, a rompernos la crisma, si es preciso, por un futuro mejor.
Ricardo Luis Arias
Aller
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