Tráfico y señalizaciones
En la década de los años sesenta hice el primer viaje a Francia. Nada más pasar la frontera, por Irún, el contraste con las carreteras y señalizaciones en España era absolutamente extraordinario...; tan racionalmente claras y perfectamente colocadas, que en siete días que duró el viaje no se produjo ninguna duda y fue innecesaria cualquier consulta fuera del mapa de carreteras. Como anécdota: de regreso a España y pasar la aduana, por la noche, nos quedamos "clavados" en un enorme bache y por falta de señalizaciones indicativas, totalmente desorientados. Dando vueltas... y vueltas... fuimos directamente hacia la frontera... ¡francesa!
Afortunadamente, los tiempos son otros. Gracias a las partidas presupuestarias propias y, sobre todo, a los fondos europeos, las carreteras han sufrido un cambio espectacular y se ha hecho multitud de autopistas y autovías, pero tengo serias dudas sobre los trazados técnicos y señalizaciones, comparativamente con Francia...
Por la necesaria brevedad de esta sección, limitémonos -podría ser extensivo a casi todo el territorio nacional- al cuadrante del municipio de Siero, llamado eje central de Asturias; cuajado de accesos, interconexiones, rotondas... Es un verdadero prodigio de despropósitos y galimatías en cuanto se refiere a una franca y rápida interpretación de las direcciones; sin dudas, ni incertidumbres, como exige el reglamento general de circulación.
Como regla general básica de trazados y señalizaciones, se deberá tener como principio de racionalidad técnica el hecho de que el uso vial no será sólo para conductores avezados del lugar, sino también para extranjeros, turistas, de otros lugares de la región o de España; es de noche y las condiciones climáticas son desfavorables... La conducción no debería ser forzada por las dudas... y sí aplicarse con concentración y prudencia. Pues bien, en el área referida es tal la confusión de señalizaciones -desorientadoras- que tal parece que fueron colocadas en un día de aurora boreal y con la mente alelada; hecho a propósito para perderse o equivocarse... y propiciar un posible accidente...
El racionalismo, en su aplicación técnica, ha quedado varado, aún, en los Pirineos...
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