Así no vuelvas más, tío
Gran parte de la salud es desearla
Rojas
Resulta que si Pitágoras no miente, a este agosto de 2009 le quedan tres días para que se vaya a hacer puñetas (hoy, ayer, a las 17.18, exactamente, que es cuando tecleamos este cafelito).
¡Caray, menudo mesecito! Frito, fritísimo (además de otras desgracias que todos conocemos) ha tenido casi a la totalidad de montes y campiñas españolas con venga y venga incendios forestales, con devastadores fuegos. ¡Fuego, fuego, fuego, fuego...! Este escribidor tiene aquí a la vista un apunte, verbigracia, «el griego Empédocles estableció el principio de los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego de lo que todo mana». Cojones, Empédocles, al fuego que nos referimos ya lo podía haber dejado sin establecer.
Con la que está cayendo política/laboralmente (desempleo a punta pala en esta España vuestra, en esta España nuestra) estaréis pensando –con sobradísima razón– que qué ocioso anda el arriba firmante hablando de pasados fuegos/incendios.
Amables lectores, lo dicho al principio: quedan 72 horas para que el cabroncete agosto 09 se las pire. Tal cual este año, no vuelvas nunca jamás, tío.
En fin, despedida y cierre. Íbamos a salir un ratín a estirar las piernas (mueve las piernas y moverás el corazón, nos había recomendado por la mañana el cardiólogo Julián Reguero) pero nublosa, nublosona y lloviznando está la tarde. No saldremos.
Érase una vez
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