Seguimos agradeciendo la ineficiencia del HUCA
El HUCA, y todos los profesionales que trabajan en ese armatoste público, pueden ser tan amables como sean interpretados por pacientes y familiares, pero nos estaremos haciendo un flaco favor si seguimos alabando solo esa faceta de quien además de buena cara y recibimiento agradable, tienen que aportar más a una profesión de la que depende la salud y la vida de sus pacientes. Mientras existan esas listas de espera escandalosamente delictivas ¡si, delictivas, porque está en ello la vida de personas! no puede aplaudirse que fuimos atendidos espléndidamente, pero, que a pesar de eso, nuestro familiar falleció. Solo si somos atendidos en tiempo y manera, podemos luego agradecer la simpatía e incluso el reconocer públicamente que ha estado en las mejores manos.
Creo que nuestro HUCA, desde hace más de una década está perdiendo calidad en todos los aspectos, buenas instalaciones, pero aquellos profesionales que nada más ver un paciente delante suyo, eran capaces de adelantarse a pruebas, análisis u obstáculos administrativos y direccionar al enfermo rápidamente a empezar a solucionarle su mal. Ahora ¡no! ya sin tener en cuenta el partir del médico de cabecera, porque entonces es un periplo que nos perdemos en el tiempo. Supongamos que tenemos hasta una enfermedad crónica, ya saben de nosotros, de nuestros riesgos reales, acudes al especialista de turno por ejemplo de Digestivo, para saber a qué atenerse, te pide por ejemplo una colonoscopia preferente ¿saben que pueden estar hasta ocho meses en casa esperando, no para hacer la prueba, si no, para decirte cuando te la harán? ¿Se creen, que esto es para agradecer a nadie, luego lo que pase con tu salud? menos si llegas tarde, como así seguro está ocurriendo con más frecuencia de la que suponemos, porque si alguien con antecedentes de riesgo manifiesto, debe esperar un año a ver la evolución de su enfermedad ¿ya me dirán? Luego muere el agraciado, y va su familia y coloca en prensa que murió, pero fueron atendidos con gran afecto ¡ya está bien! de ser idiotas candorosos. Los casos contrarios se comentan en privado: los errores y dejadez, y porque no, la impericia o la calidad mínima de nuestros profesionales; cuesta dudar de ellos, sobre todo cuando nos ponen buena cara y culpan a las listas de espera de todo ¿pero porque no se rebelan desde dentro? y dicen alto y claro que llegan tarde muchos pacientes suyos, porque tardaron en hacerles las pruebas pertinentes, o cuando los ven en quirófano, ya no hay remedio posible ¡ya se! cuando son familiares, políticos o conocidos, ustedes irán con ellos de la mano por los pasillos a llevarlos rápidamente a saltarse toda lista y obstáculo.
¿Por qué no está más alarmada la sociedad en este tema? porque todos participamos de alguna manera en esta decadencia, buscamos atajos, apaños que no debieran ser permitidos, amistades dentro de los empleados sanitarios, que algunas veces acaban acelerando algo las trabas que supone hacerlo todo como diría Rajoy como Dios manda (es cierto que el consejero, dirección y jefes de especialidad (casi todos enchufados) son los máximos responsables, por no saber organizar esta empresa enorme y compleja)
Si ustedes quieren seguir destruyendo nuestra Sanidad Publica (que por supuesto, aun así, es de las mejores del mundo) sigan alabando caras amables, sin tener en cuenta la efectividad profesional.
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