Carta abierta al líder de Podemos

Ante todo, señor Iglesias, procede reconocer su meteórica trayectoria pública puesto que, en cuestión de meses, ha cambiado su perfil de tertuliano televisivo habitual para ser el candidato de Podemos a la Presidencia del Gobierno en las elecciones generales que se celebrarán el próximo noviembre, proceso motivado por varios factores: en primer lugar se debe a su gran oratoria, si bien es obvio que escuchar le resulta más difícil que hablar y que existe un abismo entre su discurso (muy teórico) y la realidad; en segundo lugar, le ha favorecido la deficiente gestión del actual gobierno del Partido Popular asociada a la débil oposición de un PSOE en pleno proceso de renovación: así, si bien a nivel económico, el Partido Popular está superando lentamente la crisis, dicha mejoría se logra a base de un intolerable recorte en prestaciones sociales sobre sanidad pública y educación (abocadas a privatización encubierta), sobre temas de dependencia o sobre asuntos de competencia estatal (al inhibirse en favor de las ONG, como Cáritas). A su vez, el Partido Popular ha perdido credibilidad por su presunta ola de corrupción, tal como en el sumario de Púnica o Gürtel, sobre todo tras el auto judicial que ratifica la contabilidad "en B" del partido ("ABC": 24-3-2015), sin olvidar las puertas giratorias de sus políticos, como el presunto caso del “Equipo Económico” ("El País": 20-3-2.015).

Sin embargo, en honor a la verdad, la presunta corrupción se ha extendido a los otros partidos de la “casta política” (como el PSOE, con los ERE y cursos de formación en Andalucía) y a la “casta económica” que otorgó hipotecas inviables (responsables de dramáticos desahucios) o las emisiones preferentes (que han secuestrado el ahorro de muchas familias), agravado por el descaro de los dirigentes usuarios de tarjetas black.

Dicho lo previo, “vox populi” desea que Podemos denuncie esas situaciones inmorales para depurar responsabilidades y evitar una impunidad. No obstante, para destapar las vergüenzas de los demás, Podemos debe estar libre de toda sospecha ilícita ya que sus adversarios les observan con lupa, sobre todo tras el "caso Monedero" que chirría incluso para sus propios militantes ("El Mundo":15-2-2015) por la conferencia de prensa donde no justificó adecuadamente sus ingresos del Banco Alba bolivariano (LNE; 21-2-2015).

Por último, Podemos ha ganado adeptos por la política económica de la Unión Europea (bajo la batuta restrictiva de la señora Merkel), al igual que en Grecia se ha producido la revolución social del Syriza de Tsipras: el éxito del desafío griego a la UE aumentaría el voto hacia Podemos pero, a día de hoy, parece obvio que la UE se impone a Tsipras en el acuerdo sobre las condiciones de financiación a Grecia si desea mantener el euro.

Por tanto, no es extraño que el partido político del que usted es secretario general haya nacido nutriéndose de + 3 millones de votantes descontentos con el Partido Popular, el PSOE o Izquierda Unida (en fase de desintegración); resultando que, hoy día, Podemos se apoya más en el inestable voto de la indignación que en el voto por convicción.

Acto seguido, pregunto: ¿afrontará Podemos las elecciones generales con un programa y equipo técnico válido para gobernar 46 millones de españoles? A mi juicio, a pesar de que ustedes acierten en el diagnóstico del presente político español, aún no han establecido programas concretos de gobierno sino que sólo ofrecen pinceladas difusas y, por ello, Sr. Iglesias, imagino que consultaría con el Nobel de Economía profesor Stiglitz de New York (firme detractor de las políticas restrictivas alemanas en Europa) ("El País", 17-2-2015).

Aun así, es del dominio público que Podemos es un partido prorrepublicano y que los “barones” de Podemos en Catalunya, Euskadi, Galicia y Baleares defienden un modelo territorial basado en un país plurinacional y asimétrico, donde haya mayor autogobierno en las autonomías históricas (puesto que el café para todos les parece disfuncional para mantener la unidad del Estado) y se contemple un derecho a la autodeterminación (que puede precisar la actualización de nuestra Constitución) ("El Mundo": 12-2-2015).

Sin embargo, respecto a su política internacional, muy poco se ha concretado sobre sus condiciones de permanencia en la Unión Europea y su postura definitiva sobre nuestra deuda al igual que sobre el temido “flirteo” con el régimen bolivariano de Venezuela. Respecto su política económica, las declaraciones televisivas (Sexta TV: 14-2-2015) de uno de sus portavoces económicos fueron imprecisas, defendiendo una reforma laboral con subida de salarios y pensiones; al igual que una reforma fiscal capaz de gravar más a las rentas elevadas en beneficio de las bajas y con mayor persecución del fraude, pero sin delimitar la línea entre ambas rentas ni posicionarse frente a la patronal y la banca.

Finalmente, los resultados de Podemos en las elecciones autonómicas de Andalucía (15 diputados) pueden resultar satisfactorios para una formación política debutante, pero las declaraciones televisivas de la candidata Teresa Rodríguez reflejan un sabor agridulce: ello puede ser debido a que ustedes han conseguido el voto de la gente joven y de quienes “nada tiene que perder” pero todavía no han convencido a la clase media que vive de un trabajo asalariado (incluso mileurista) o una pensión digna. En este sentido y aunque su música pueda gustar, pienso que deberían retocar bastante la letra para que su partitura sea tan creíble como ilusionante, para lo cual precisan de mayor experiencia política y cuidar más su imagen personal: la maduración de un partido político no se improvisa.

En definitiva, señor Iglesias, a día de hoy no parece que Podemos disponga de un equipo de políticos preparados para gobernar el país y, por ello, creo que su entrada en la arena política nacional debe ser gradual, empezando por las próximas elecciones municipales y autonómicas: si dicha gestión convence durante los próximos 4 años, Podemos podrá optar a la Moncloa con garantías y sin implicar un cheque en blanco al ciudadano.