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Abelardo y la tolerancia

7 de Abril del 2015 - José Manuel López García (Gijón)

En su libro Diálogo entre un filósofo, un judío y un cristiano el filósofo y teólogo Pedro Abelardo desarrolla una interpretación basada en una razón integradora que afirma la comprensión y la tolerancia. De hecho, Abelardo es un pensador que establece la necesidad de un diálogo interreligioso, y también entre las religiones y la propia filosofía.

El Diálogo lo escribió, según las investigaciones de R. Thomas en los últimos meses de su vida en el año 1142, y quedó inconcluso por la muerte de este gran dialéctico escolástico y lógico eximio.

Escribe Abelardo: «Examiné de inmediato, atentamente, los credos de las distintas religiones en torno mío, en las cuales está ahora el mundo dividido. Una vez examinados y comparados entre sí, decidí seguir aquel que más en armonía estuviese con la razón». Lo que, a mi juicio, pone de manifiesto que, en caso de dudas ante las diferentes doctrinas religiosas, lo más coherente y sensato es seguir los planteamientos más acordes con el buen sentido.

De los personajes del Diálogo destaca por su caracterización la figura del filósofo que no es un pagano sin más. En realidad, es un pensador musulmán educado en la cultura árabe, pero que da claras muestras de estar emancipado del Islam, precisamente, a través de la libre práctica de la reflexión filosófica. Lo que es una expresión más de la confianza que deposita Pedro Abelardo en los juicios y análisis de la razón, en relación con las creencias religiosas.

Y de esto mismo, se deriva, a mi juicio, una actitud de recelo y desconfianza ante el islamismo, sobre todo, si se considera la guerra santa y las cruzadas, que están presentes en la memoria colectiva, y en el contexto cultural y social del siglo XII.

De todas formas, el filósofo del Diálogo destaca el éxito de la obra teológica de Abelardo frente a las acusaciones de herejía, y a los ataques de Bernardo de Claraval. Puesto que la generalidad de los estudiosos alaba sus tratados teológicos, y sus otros libros, únicamente le atacan los envidiosos.

En este tratado sobre la tolerancia religiosa Abelardo argumenta sobre el judaísmo y el cristianismo, principalmente. En sus obras anteriores no existen alusiones a la filosofía musulmana, aunque debía conocer la anterior a Averroes.

Del judaísmo surgió el cristianismo. Por tanto, es natural que Abelardo por esta razón, y por otras, dedique una atención especial al análisis de esta religión. La interpretación de la religión cristiana ofrecida por este pensador es como también dice Manfred Svensson: «Diálogo de las distintas religiones con la filosofía».

En cualquier caso la prudencia valorativa de Pedro Abelardo respecto al islamismo puede ser debida, entre otras causas, a su perfecto conocimiento de la historia de la invasión musulmana de España, y de otros extensos territorios. Y también, porque sabía el significado de la yihad o guerra santa, y del contenido del Corán. La formación del imperio musulmán, y las feroces luchas con las fuerzas cristianas es imaginable que estaban presentes en su pensamiento.

La convivencia entre los creyentes de las tres religiones del libro era algo habitual, sobre todo en la península ibérica. Para Abelardo la tolerancia dirigida por la razón debe abarcar también las creencias religiosas de los diversos credos, con un planteamiento general pacífico y conciliador. Creo que buscaba la concordia universal, algo que también se deduce de sus otros libros.

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