Barcelona, archivo de alevosía

Catalanes y vascos independentistas afectados de tautología y manteniendo entrambos el mismo sincretismo, esgrimen argumentos estúpidos en defensa de sus deseos de elaborar un referendo contra natura, pues se consideran arrogados de todas las bendiciones para proceder a efectuarlo como un paso obligado en la cadena de independizarse. Hasta hoy, estimo inconcebible que ni por políticos, ni por los medios de divulgación se le haya rebatido su inicua petición de convocarlo con carácter de exclusividad para su región y para mayor caradura, lo sea para que digan si quieren la independencia de España. Lo que voy a expresar ahora, no hay ni un catalán que lo pueda rebatir, porque son hechos, y, por tanto, incontrovertibles: Año 1976, muerto Franco, el nuevo Gobierno, Adolfo Suárez, les invita a participar en el régimen que se está pergeñando. Aceptan voluntariamente y entran a forma parte del Comité de Organización con los mismos pronunciamientos que cualesquier otro Partido, siéndoles otorgado pues un trato exquisito. Entre todos confeccionan la Constitución y se comienza una nueva etapa en la que ellos forman parte con todas las consecuencias, lo que les conmina a preservar en su correspondiente deontología, como colaborador y cumplidores del compromiso que supuso aceptar la Constitución. Tuvieron, como es lógico, otra opción: Seguid en la clandestinidad, a la que renuncian voluntariamente. Fue ejemplar prueba de la preponderancia ostentada, que por el Gobierno se instó al Presidente del Comité Olímpico Internacional, la posibilidad de que nos concedieran que Barcelona se llevase la organización de la próxima Olimpiada Internacional. Otro catalán, perteneciente al régimen franquista, Embajador en Rusia, que había alcanzado la presidencia de dicho ente, nos lo hizo posible. Situados pues en nuestro nuevo régimen, sus respectivos Partidos y ellos, los que ostentaran cargos políticos, recibieron los ingresos económicos pertinentes la que llevan el mismo tiempo como es obvio que las demás regiones. No pueden considerarse sino como auténticos delincuentes, malandrines y bellacos, quienes como trileros de la política obran de aquesta guisa, y cometen la osadía, al igual que los vascos, de invocar el sagrado derecho a decidir. Pues claro, pero en tanto en cuanto no constituya quebrantar el Estado de Derecho. Su anti españolismo enfermizo lo toleran bien durante cuasi cuarenta años de convivencia y de ejercicio de todos los compromisos que contrajeron en su día con el alevoso deseo de valerse de él para conseguir la independencia. Lo que la razón nos impele no es negarles la independencia sino a mandarles a la mismísima mierda, pero los catalanes que son españoles del alma, nos impide hasta cualquier pensamiento que les pueda ser desfavorable. Y el gran peligro que no se está advirtiendo es el clásico de las represalias que impondrían personajes tan abyectos como el Tardá. Quedarían estigmatizados de por vida los catalanes normales. Se produce en todos los países, y ellos ya han dado muestras palpables de su almacenamiento de odio.

Y emerge por encima de los catalanes adversos, una figura siniestra y clásica: los conversos. Los charnegos e hijos de charnegos que sufrieron humillaciones, se vengan después contra el problema que le ha malherido; y se hace más independentista y anti españoles que los propios indígenas. Su transformación gratuita, más bien habría que llamarle camuflaje, porque han pisoteado desde la lengua vernácula hasta la memoria de sus antepasados guardaron hacia las gestas patrióticas. Durán y Lérida es su padre putativo, Hez entre sus heces

Un ejemplo demoledor: Presumamos que ustedes no hubiesen pensado en sus sueños actuales y que fuesen las otras Autonomías quienes conspirasen para expulsarles a ustedes de España porque resultasen una rémora para la economía nacional al no haber podido superar la crisis, y convocaran un referendo ente ellas y sin darles opción a sus ciudadanos de participa en el mismo. ¿Quién hubiese obrado como felones?,

Antonio de Ávila Comín

BARCELONA, archivo de alevosías ( y II)

Termino este trabajo sobre los nacionalismos con una exposición de los hechos generados con su existencia en el desarrollo de la vida nacional hasta la fecha de esta Declaración, porque unos Gobiernos inanes lo han consentido, en especial el de un hombre nefasto: Adolfo Suárez, padre putativo de las Autonomías, cuya idea nació para tratar de evitar viejos conflictos que ellos vienen ocasionando desde hace cien años y pico, que la concluyó con una solución propia de este majadero, plena de titubeos, alevosías y grotesca, como lo ha sido la creación de estos 17 Gobiernos independientes, que en principio eran dos, pero al presentar conflicto las demás regiones fue imponiendo parches hasta conformar esta mierda de Autonomías. La actitud de los nacionalistas señeros, catalanes y vascos, motiva que hubieran sido juzgados por intento de sedición continuados, ya que desde el 14 de diciembre de 1960, en que se produce la Declaración 1541 (XV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, , de la que transcribo su comienzo: La Asamblea General, Teniendo presente que los pueblos del Mundo han proclamado en la Carta de las Naciones Unidas que están resueltos a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas y a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad, Consciente de la necesidad de crear condiciones de estabilidad y bienestar y relaciones pacíficas y amistosas basadas en el respeto de los principios de la igualdad de derechos y de la libre determinación de todos los pueblos, y de asegurar el respeto universal de los derechos humanos y las libertades fundamentales para todos sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión, y la efectividad de tales derechos y libertades Reconociendo el apasionado deseo de libertad que abrigan todos los pueblos dependientes y el papel decisivo de dichos pueblos en el logro de su independencia. Consciente de los crecientes conflictos que origina el hecho de negar la libertad a esos pueblos o de impedirla, lo cual constituye una grave amenaza a la paz mundial, Considerando el importante papel que corresponde a las Naciones Unidas como medio de favorecer el movimiento en pro de la independencia en los territorios en fideicomiso y en los territorios no autónomos, Reconociendo que los pueblos del mundo desean ardientemente el fin del colonialismo en todas sus manifestaciones. Convencida de que la continuación del colonialismo impide el desarrollo de la cooperación económica internacional, entorpece el desarrollo social, cultural y económico de los pueblos dependientes y milita en contra del ideal de paz universal de las Naciones Unidas. Creyendo que el proceso de liberación es irresistible e irreversible y que, a fin de evitar crisis graves, es preciso poner fin al colonialismo y a todas las prácticas de segregación y discriminación que lo acompañan. Convencida de que todos los pueblos tienen un derecho