El AVE entra en campaña
No sin sorpresa, estamos acudiendo estos días a un debate interesado, que en nada favorece a Asturias. Me refiero a la vuelta al ruedo electoral de si AVE si o AVE no para los asturianos. Eso sí, esta vez ya con una fuerte dosis de demagogia, traída, cómo no, de la mano del candidato de Pablo Iglesias y el de Ciudadanos; y vuelto a sacar a discusión en los medios de comunicación.
A estas alturas, hay quien no se está dando cuenta del flaco favor que se hace al progreso del Principado, introduciendo al comentario fácil lo que ya es un proyecto en construcción, sobre el cual debiéramos tener todos (me refiero a las formaciones políticas y agentes sociales) un consenso generalizado para terminar cuanto antes su construcción y puesta en funcionamiento hasta la misma costa asturiana.
Volver a plantearse hoy, y en Asturias, la rentabilidad o no de la Alta Velocidad, o la conveniencia o no de llevarlo hasta Gijón es, ante todo, ¡no apostar por Asturias!, para, a continuación, generar un debate, ya superado, que sólo nos llevará -más sobre los progres de la izquierda- a que algunos claudiquen en favor del aislamiento, que siempre viene patrocinado desde Madrid y ahora ya desde Cataluña.
Ha costado convencer a los socialistas del PSOE y a los dudosos del PP no ya de la Alta Velocidad, sino de la necesidad de la variante de Pajares, aun a sabiendas de su importancia no sólo para el transporte de pasajeros, sino para el de mercancías, con la vista puesta en nuestros puertos marítimos y en hacer más cercano al Norte en relación no ya con la capital de España, sino con las poblaciones del Sur. Volver a sacar este debate -y más sobre la rentabilidad o no de la inversión-, como digo, es dar otro paso atrás en el retraso histórico que padecemos los asturianos en relación con el resto de las comunidades autónomas, donde en ellas, qué curioso, no ha imperado el criterio rentista.
¿Alguien creería que los avances en las comunicaciones marítimas, aéreas o terrestres serían una realidad si sólo se tomase como referente su rentabilidad económica? ¿Se iría de Gijón al Ferrol en tren, tras cruzar una orografía tan abrupta, si sólo se hubiera pensado en las ganancias? Estas preguntas, con obvias respuestas, pretenden volver a plantearlas quienes como Podemos o Ciudadanos sólo ven en Asturias la posibilidad de sacar el mayor número de diputados con vistas al Congreso, pero para nada su preocupación es nuestra tierra, ni nuestras carencias, ni nuestro aislamiento y ni siquiera nuestro derecho al progreso, sin que tengamos por ello que perder nuestra dignidad como país. Sus intenciones son puramente políticas, aunque se presenten con el lema "pan, tierra y trabajo".
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