Talento y superdotación
Aunque, frecuentemente, se utiliza como sinónimo de talento la superdotación es la manifestación de una competencia general, y de un potencial innato. De todos modos, las pruebas estandarizadas de inteligencia delimitan, de modo aproximado, si existe un cierto nivel de superdotación que puede ser más o menos elevado. Es cierto también que los tests que determinan con sus resultados si un sujeto es superdotado pueden ser muy diversos, en función de muchas variables que se pueden contemplar.
Existen similitudes, a mi juicio, entre el talento para alguna actividad, y las habilidades y curiosidad características de los superdotados. Porque la inteligencia se puede aumentar con la lectura, el estudio, la investigación, etc.
En todas las etapas de la educación el talento de cada alumno se puede desarrollar para que logre resultados mejores. Ya que las destrezas específicas de cada sujeto se incrementan con el esfuerzo, y la práctica continua. Una persona que tiene talento para las matemáticas o para la música, por ejemplo, a través de la dedicación consigue un mayor nivel de dominio, e incluso de virtuosismo en estas disciplinas.
En relación con la cuestión del talento escribe John F. Feldhusen: «El talento crece mientras el joven desarrolla las destrezas específicas, sus intereses y motivaciones. La Identificación y el Desarrollo del Talento en la Educación (TIDE) ofrece una concepción de superdotación y talento que debe reemplazar las viejas concepciones de El Niño Superdotado».
Es evidente que, si el talento no se cultiva, se acaba perdiendo. Por tanto, es esencial que cada uno sepa, claramente, en que actividad destaca, y a la vez le gusta, para obtener, cada vez, un mayor rendimiento. En el ámbito de la enseñanza los estudiantes que poseen un gran potencial de talento necesitan una formación más profunda, precisamente, para sacar el máximo provecho posible de sus altas capacidades específicas.
Para definir de una manera más precisa el talento se puede decir que es una aptitud o inteligencia especial susceptible de ser desarrollada. Lo principal, a mi juicio, es identificar los aspectos cognitivos en los que destaca más un individuo procurando potenciarlos. Y esto es algo ventajoso para toda la sociedad, puesto que, si en el desempeño de las ocupaciones están los más hábiles y dotados especialmente para las mismas, esto redundará en beneficio de todos.
Indudablemente, el número de horas dedicadas a ser un especialista o un experto es uno de los factores determinantes del éxito, en el campo del conocimiento al que un individuo se dedique.
Pero todo parte de acertar al escoger el ámbito de actividad que guste, y en el que se tenga una cierta facilidad previa que puede ser incrementada con el aprendizaje, y con múltiples y diversas técnicas. Otra de las cuestiones clave es, si la persona está dispuesta a perfeccionar sus habilidades a través del ejercicio constante. Porque en este asunto del incremento del talento, no existen atajos ni procedimientos muy fáciles y sencillos. Y no puede ser de otro modo, naturalmente.
Porque, tanto en las ciencias como en el arte, la investigación y las humanidades, la aplicación sostenida de los distintos tipos inteligencia especial o talento es uno de los elementos decisivos en la calidad y cantidad de la producción científica y cultural.
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