Carta abierta de un socio al Sporting
Con motivo de las modificaciones realizadas a causa de su remodelación, en el estadio de El Molinón están teniendo lugar algunos cambios y recolocaciones en las posiciones de los asientos que los socios tenían asignados. Algunas zonas de asientos, como las de la grada Norte, van a quedar expuestas a la lluvia este invierno, mientras que otras han visto modificadas el importe de su cuota de socio por cambios en la consideración de la misma, como la creación de zonas VIP que anteriormente no existían (con el consiguiente cambio de importe de la cuota).
Todos estos cambios y modificaciones son en cierto modo inevitables por la naturaleza de la remodelación en algunos casos, y en otros responden a criterios de adecuación económica y política de recaudación que, con acierto o no, la dirección del club tiene la potestad legítima de aplicar.
La consecuencia directa de esto es que algunos socios van a tener que soportar una considerable incomodidad en esta temporada 2009-10. Otros han visto cómo su cuota de 500 euros se convertía en una de 600 para esta temporada, mientras que los mismos asientos dos o tres posiciones más allá, en virtud de esa nueva consideración VIP, pasaban a costar 200 euros más (700) que en la temporada anterior.
Y sin embargo, desde mi humilde punto de vista como socio, el problema no es el qué, sino el cómo. El modo en que se ha realizado –o va a realizar– este cambio. Y es que los socios que deseen realizar cambios en su posición –y en virtud de su nueva situación, de la cuota que les ha sido recientemente asignada– es decir, aquellos que el día 4 de septiembre no hayan realizado su renovación en las condiciones actuales, pasarán a ser considerados aspirantes a nuevos socios, teniendo que probar suerte, junto con todo aquél que desee incorporarse como nuevo socio a la familia sportinguista, a partir del día 5 del mismo mes.
Este socio opina que una breve y concisa consulta con el sentido común por parte de los organizadores les hubiera llevado a hacer las cosas mucho mejor con muy poco esfuerzo. Este socio cree que dar a los socios que ya lo son la posibilidad de cambiar su posición, renovar con una cuota distinta de la asignada, elegir una grada distinta, etcétera, hubiera sido no sólo más justa –el sporting acaba de salir de una travesía del desierto en la que esos socios veteranos sostuvieron la nave en momentos muy difíciles–, sino más ordenada. Y es que, una vez solventados los cambios entre los socios actuales y reordenadas las posiciones en las gradas y zonas correspondientes, hubiera sido mucho más sencillo y claro colocar a los nuevos socios incorporados a partir del día 5.
En resumen: que asignar unos días para los cambios de ubicación de los socios actuales –antes de abrir la entrada a nuevos socios y una vez acabadas las renovaciones– hubiera sido no sólo más justo, más práctico y más sencillo, sino también mucho más considerado y elegante. Se supone que uno ha de aprender de las cosas vividas. Sería bueno que el Sporting tomara nota de las lecciones aprendidas durante los momentos difíciles, y mostrar al mundo y a sus socios que la antigüedad y la lealtad son apreciados, y que sí son, en algunas cuestiones emocionales y sentimentales, un grado.
Francisco José Cueva Díaz
Socio 1024
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