Análisis de Soluciona
Ante la aparición en el espacio político de nuevas formaciones me parece interesante elaborar unos comentarios sobre algunos de los puntos o propuestas del programa de esta nueva organización política que es Soluciona. Partiendo del respeto a las opiniones e ideas discrepantes, prefiero centrarme en la valoración de algunos de sus planteamientos centrales.
El propósito de alcanzar un estado fuerte lo entiendo, desde mi punto de vista, como la necesidad de seguir reafirmando la soberanía de Gibraltar, porque la cuestión del Sahara ha adquirido una nueva dimensión con la constitución de la República Árabe Saharaui Democrática. Además, las decisiones políticas deben ser también soberanas, de modo pleno, especialmente, si afectan a los intereses generales de todos los ciudadanos.
La unidad y regeneración de España también es algo que considero positivo. Porque, en efecto, se precisa de un impulso potente para modernizar el sistema productivo y, sobre todo, mejorar sustancialmente el acceso al trabajo con contratos laborales indefinidos a jornada completa. Las medias jornadas no deben ser algo que sirva para que las empresas tengan menos gasto, y logren mayor saldo positivo en sus cuentas, a costa de los trabajadores. Pueden ser necesarias en ciertos casos, pero no de modo general y masivo.
El neoliberalismo no me parece una buena estrategia de progreso, porque supone la existencia de un capitalismo salvaje que desprecia el bienestar individual de todas las personas. En este sentido, el programa de Soluciona parece que reniega del liberalismo. En lo referido al contractualismo considero que es un procedimiento político racional.
La unidad y solidaridad entre las regiones considero que es un principio aceptable y sólido. Porque las desigualdades entre las autonomías, en lo relativo a la aplicación de sus competencias respecto a la atención a los ciudadanos es evidente. Ya que aunque, en teoría, debe haber igual nivel de prestaciones, etc., en cualquier territorio de nuestro estado, en realidad, existen numerosas pruebas de que no es así. Aparte del enorme gasto, y las duplicidades del sistema autonómico vigente en España.
La economía social se fundamenta en el bienestar de los millones de familias que conforman la sociedad de un estado. Y es cierto que el capital internacional no debe ordenar el tipo de decisiones que debe tomar la clase política.
En relación con la eliminación de las listas cerradas y bloqueadas estoy de acuerdo, por razones claras que la generalidad de los políticos acepta. De este modo, con una circunscripción nacional única se garantiza, de mejor modo, la igualdad en el ejercicio del derecho al voto.
La supresión del Senado y su sustitución por una cámara de representantes más eficiente, y que represente mejor los intereses de todos, me parece una buena idea, y es algo bastante demandado en los últimos años.
Otro punto que ya considero más discutible es la instauración de la denominada Provocatio ad Populum. Porque, si en cada proyecto o proposición de Ley rechazada por una mayoría opositora en el Congreso es preceptivo realizar una votación popular para ver, si es aprobada mayoritariamente, probablemente, sería un procedimiento democrático muy engorroso y complejo.
Otro aspecto interesante es la eliminación de privilegios de todo tipo, tanto en el ámbito político como en el sindical. Y, por último, estoy de acuerdo en que conviene reforzar aún más los lazos que nos unen a la Comunidad Iberoamericana, ya que somos 500 millones de hablantes del español, con todo lo que esto representa en el campo cultural, económico, laboral, social, político, etc. El mundo anglosajón debe tener más en cuenta a la comunidad hispanoparlante y latinoamericana.
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