¿La cultura es accesible a todo el mundoO?
A través de este medio me gustaría poner de manifiesto mi malestar por el trato recibido en la biblioteca pública de Villaviciosa, localidad donde resido desde hace siete años.
Hace poco tiempo se inauguró la nueva ubicación de la biblioteca en un lugar mucho más céntrico y accesible para todos, por lo que mi marido y yo decidimos hacer una visita para conocer personalmente el nuevo centro.
Para nosotros, que somos padre de un niño de dos años y medio, y grandes amantes de la lectura, fue una sorpresa muy agradable descubrir que el centro contaba con una zona exclusivamente infantil, llena de libros destinados a la edad de nuestro pequeño, además de alfombras, sillones y mesas de su tamaño. Era un lugar para que los más pequeños disfrutasen de los libros y aprendiesen a amarlos. Por este motivo, decidimos que la próxima visita la haríamos con nuestro hijo,
Al niño le encantó el sitio, disfrutó mucho eligiendo el libro que se llevaría a casa, y una vez elegido, decidió sentarse en una de las mesitas junto con otra niña de su edad a hojear y comentar lo que veían en el libro. Es en ese momento cuando llega nuestra primera sorpresa, el encargado del centro se acerca a nosotros y nos invita a abandonar la sala argumentando que aquello no es una guardería.
Ante esta situación y debido en gran parte a la sorpresa, no supimos reaccionar y nos fuimos sin decir nada, abandonamos el centro un poco desconcertados, pero aun así decidimos volver pasados unos días.
Esta segunda visita fue aún peor y es el motivo por el que he decidido escribir esta carta. Cuando acudimos, la sala estaba vacía, tan solo nosotros y nuestro hijo, y tras diez minutos, de nuevo fuimos invitados a abandonar el lugar. Esta vez la razón fue que nuestro hijo no se comportaba de manera adecuada, y que dado que la sala de estudio estaba muy cerca, molestaba. Se nos dice que no le volvamos a traer hasta que se lleven a cabo las obras que separarán la sala de estudio de la biblioteca, y ante la pregunta de si van a cerrar la zona infantil se nos dice que no, pues los hijos de otros usuarios se portan mejor que el nuestro y no molestan. Desconozco cómo se comportan los hijos de otros usuarios, solo se que la única niña con la que coincidimos también fue invitada a abandonar la sala, tal y como ya expuse con anterioridad.
Me gustaría señalar que mi hijo en ningún momento abandonó la sala dedicada a los niños de su edad, y que en todo momento estuvo bajo nuestra supervisión, y que no es ningún salvaje que se dedique a tirar o romper libros. Su comportamiento es el propio de un niño de su edad que se entusiasma descubriendo las cosas que esconden los libros, y que disfruta compartiendo sus hallazgos con nosotros, sus padres.
También me gustaría dejar constancia de que soy usuaria de la sala de estudio por lo que conozco su situación dentro del centro, ahora bien, mis preguntas son las siguientes:
¿debe pagar mi hijo las consecuencias de una obra mal proyectada?
¿no sería más fácil que se siguiese utilizando la antigua sala de estudio hasta que se realicen las mejoras en la actual en vez de privar a los más pequeños de usar un lugar hecho exclusivamente para ellos?
¿es admisible que se nos prive del derecho a usar un lugar público?
Considero que es una verdadera pena que en un sitio público dedicado a la divulgación de la cultura se utilicen argumentos tan vacíos de razón, y que no se haga todo lo posible para potenciar el acercamiento de la cultura a todos los sectores de la población. Parece que estemos retrocediendo en los siglos, hasta alcanzar las etapas más oscuras de nuestra historia. Quizás se olvida que nuestros pequeños son el futuro, y que de nosotros depende, en gran medida cómo vaya a ser su relación con la cultura. Creo que me resultará complicado que mi hijo entienda que la cultura es patrimonio de todos cuando ya desde pequeño se le cierran puertas como esta.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo