La Nueva España » Cartas de los lectores » Exceso verbal del presidente sierense de la música

Exceso verbal del presidente sierense de la música

9 de Mayo del 2015 - Benigno Martínez-fueyo (Marcenado (Siero))

Leo todo lo que puedo, tomo todas las notas a mano en libretas, sin ningún orden, y se me amontonan todas las piezas que luego, si al final tengo suerte, consigo unir. Suelo leer muchas veces lo que escribo y siento un poco de pudor, pues se te ocurre algo y te crees que es bueno, que lo que estás haciendo es importante; luego, si resulta que no está bien, como tampoco estás liberado, sabes que alguien te la va a organizar.

Viene esta reflexión a cuento de leer en un periódico –y no en el editado recientemente “Payo Today”, en el que se pueden encontrar grandes titulares–, el artículo que con motivo del trigésimo aniversario de la fundación de la Asociación Sierense de la Música nos ofrece su presidente, Gregorio Fonseca, que, haciendo gala de simpleza exquisita en su exposición de datos, justifica que la Asociación Amigos de la Música está en manos de un presidente que refleja en todo momento la falsa apariencia de quien va por ahí como sin fecha de caducidad ni consumo preferente, cuando tiene los límites más cerca que el horizonte.

Utiliza el presidente la música como apoyo para abrazar el protagonismo, pues gracias a estas cosas adquiere cierta visibilidad y entra en la agenda de la opinión pública.

Su artículo en el trigésimo aniversario de la fundación de la banda no tiene desperdicio, se comenta solo y en él se retrata a la persona de cuerpo entero.

Oviedo pone énfasis y se alza como capital española de la música, que siempre ha sido un exitoso binomio ya desde el siglo XVII... mira por dónde, leyendo su artículo nos enteramos de que en la fundación de la banda sierense podían haber hecho como en la banda de Oviedo: fichar a los mejores y pagarles; pero por falta de presupuesto no se hizo (es evidente, señor Fonseca, que no podían hacerlo). La capacidad calderoniana de tomar como reales los sueños...

Dice Fonseca que en Oviedo pagan a los músicos, pero que no tienen “cantera”, y destaca el presidente que desde esta asociación se ha surtido de músicos a muchas otras bandas, porque de aquí salen músicos y de otras nadie. Nada más lejos de la realidad, señor Fonseca: en la banda de Oviedo hay músicos de todas las bandas y localidades de la región y de alguna hasta con un mayor número de músicos, por lo que es evidente que de otras también salen músicos y no nadie como usted dice. Yerra en todo, y sobre todo en pensarse mejor que los demás.

A pesar de todo su artículo muy abierto a nuestro progreso en el siglo XXI, muy diferente del de hace años, en el que uno de los elementos más notables y elevados de la cultura artística eran esos conjuntos sonoros que se llaman “bandas de música”, desparramadas por las aldeas y pueblos, villas y ciudades llenando de sana alegría el lugar. Pero era ya hace tiempo y el ser humano fue progresando, inventando, investigando...

Ahora, después de miles de años, después de su extinción, descubren que los dinosaurios se drogaban; un estudio de amplitud sin precedentes nos da que las criaturas se crían más débiles por culpa de los columpios; es un hecho indubitado que la Banda de Música de la Asociación Sierense de Amigos de la Música, no desarrollando su labor, consiguió dignificar nuestra música. Lo que ocurre es que los avances no se producen sin consecuencias, y cuando ya nadie pone en cuestión la influencia que ejercen sobre el ciudadano esos ejércitos conducidos por héroes del arte, destinados generalmente a actuar al aire libre en aldeas y pueblos, villas y ciudades, Fonseca, presidente de la Asociación Sierense de la Música, no considera digno el pueblo de Muñó, un lugar en condiciones para tocar.

Cuando nos llevaron –es textual– a las fiestas de Muñó y estaba la gente pendiente de coger el “gochu”, otras veces nos ponían junto a la barraca. Quiero recordarle, señor Fonseca, que en el quiosco del parque Alfonso X de la villa capital del concejo, la Banda de la Asociación Sierense de Amigos de la Música dejó de tocar, la gente pendiente de coger la muñeca de Mattel, la famosa “Barbie”. No sabe igual, pero alimenta casi lo mismo. También subía al prao del Carmín y fue el alcalde Corrales el que dijo: “La banda no está para esto. No suben más al prao”. De esta forma, dice, se consiguió dignificar nuestra música. Qué gran ocasión ésta para pedir un reconocimiento popular para estas dos mentes brillantes, una obra artística que bien podría colocarse en una rotonda para perpetuar el recuerdo y sirviera de ejemplo a generaciones.

Deja en mal lugar el señor Fonseca, con su artículo, a una ciudad y un pueblo que aman la música; quizás se pregunten cómo puede decir esto, pues tal vez sea una de esas personas, cerebros “impermeables” que, incluso estando ligado a actividades relacionadas con la música, no experimente el mínimo placer cuando siente las notas musicales. Parece no darse cuenta –o fingirlo– de que el problema es él mismo.

Cuando un pueblo como Muñó, casi intacto en su esplendor desde hace siglos, ofrece un rincón; cuando llega al lugar, la música se convierte en realidad, gana para la cultura y se inicia la semilla de la sensibilidad y el alma de un pueblo.

Benigno Martínez-Fuego

Cartas

Número de cartas: 46080

Número de cartas en Octubre: 18

Tribunas

Número de tribunas: 2087

Número de tribunas en Octubre: 1

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador