Los Amigos de Grado, en esencia
Si los pueblos o villas avanzan en aspectos diversos es, sin duda, por esa labor callada e intensa de colectivos cívicos que, cargados de entusiasmo, ponen su grano de arena para que todo acto cultural, recreativo, social o deportivo tenga un hueco en el programa popular de esas comunidades. Y un ejemplo palpable de esta aseveración son los Amigos de Grado, que con años a cuestas en sus intenciones, mantienen la ilusión del primer día y luchan sin desmayo para que Grado y concejo tengan un hueco merecedor en el reducto expansivo de los medios de comunicación o en el mapa geográfico. Y con sus propuestas, su trabajo cotidiano y su estilo de acción animosa están logrando hechos palpables para su comarca moscona –gentilicio sonoro– y adquiriendo notoriedad clarividente en su manera de llevar a efecto proyectos y propuestas notables. Una de ellas que tiene mucho interés social y regional es la que se refiere a la unión de los pueblos ribereños del Nalón para refrendar ese encuentro necesario entre lugares bañados por el río macho de Asturias que hasta la fecha apenas han sentido ese empuje hacia esos municipios cercanos y cargados de “fluvialidad” donde el río Nalón les da ánimo, carácter, marca y pasión. De lo que se trata, según los Amigos de Grado, es de refrendar esa histórica vertebración del Nalón en torno a los pueblos ribereños y darles conocimiento, amistad, proximidad y afecto. Por el momento, el Nalón, desde el puerto de Tarna, nacencia, hasta San Esteban de Bocamar, desembocadura, esta histórica corriente de agua sólo cumplía con esa labor de pasar de largo sin apenas detenerse a observar sus orillas y conocer esos pueblos y villas que tan galantes y ufanos se sitúan en sus márgenes. El río Nalón, en su descenso vertiginoso invernal y calmo y sosegado en primavera, siempre se sintió huérfano de amor y sentimiento por sus moradores, salvo honrosas excepciones. Y esas espaldas eran el reflejo cotidiano hacia unas aguas benéficas y vivenciales. La historia es clara y meridiana.
Por ellos los Amigos de Grado y los miembros de la Sociedad Cultural y Gastronómica “La Pegarata” de Pola de Laviana-alto Nalón están estudiando acciones para llevar a cabo esa feliz reivindicación de los pueblos ribereños del Nalón, siempre con el trasfondo de Javier Prada, eficaz y recordado en sus planteamientos en favor de Grado y concejo.
Los entusiastas Manuel Tarralva, Claudio Menéndez y José Manuel Arias, de los Amigos de Grado, están animados con esa idea de acercar los concejos ribereños del Nalón en un encuentro de hermandad en la villa moscona el 30 de septiembre, jornada semanal, bullanguera y mercantil. Los pasos están dados y todo hace indicar que si los diferentes ayuntamientos que rozan su territorio con las aguas nalonianas están dispuestos a la colaboración, a buen seguro que esa cita será un éxito a todas luces. La sociedad civil de Grado y del alto Nalón, encarnada en los Amigos de Grado y “La Pegarata”, está muy unida en ese propósito y con esas ganas y decisión las obras y las ideas salen adelante y se conforman en una realidad palpable, no sin esfuerzo, trabajo y convicción.
En la villa de Grado esta iniciativa fluvial está calando notablemente y en las tertulias cafeteras, corrillos vecinales y encuentros callejeros esta idea de unir a los pueblos ribereños del Nalón ha gustado mucho. Estos días no se habla de otra cuestión, especialmente la gente que conoce esta propuesta tan atrayente. Manuel, Claudio y José Manuel ya están manos a la obra y su mente está en plena ebullición para alcanzar ideas mayestáticas y un programa idóneo al nivel de esta sensación. Y es que con ese ardimiento, espíritu y resolución, el Nalón volverá a sentirse más río, a ser más respetado y a conocerlo más a fondo y por extensión, a todos los pueblos ribereños. Y la tertulia afectiva y riolada tornó en despedida, no sin antes probar en la taberna El Manantial las esencias de la cocina de la tierra donde los morros de ternera, los callos y una tortilla de bacalao dejaron, por momento, a un lado, los meandros y las riberas, y los contertulios se metieron de ello en sabores sentidos de la zona, todo ello regado por un Lan de reserva que aportó frescor y galanura a un encuentro pleno de utilidad y provecho.
Los concejos de Caso, Sobrescobio, Laviana, San Martín del Rey Aurelio, Langreo, Oviedo, Ribera de Arriba, Las Regueras, Grado, Candamo, Pravia, Muros de Nalón y Soto del Barco, vertebrados y tocados históricamente por las aguas del Nalón, tienen un deber cívico y afectivo con ese cauce. Los Amigos de Grado, asimismo, llevan la idea y la palabra en sus acciones.
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