¡Qué paradoja!
El pasado miércoles 22 de abril, cinco nadadores del Club Natación Ciudad de Oviedo (CNCO) recibían un reconocimiento del Ayuntamiento de Oviedo por sus méritos deportivos; el mismo día, en la sección “Cartas”, alguien arrastraba por el fango el buen nombre de este club. ¡Qué paradoja!
Para empezar, me pregunto si las juntas directivas y el director técnico han emprendido acciones legales contra la firmante de la carta por acusarlos de connivencia.
Se habla de “recuperar la insignia del club del baúl del oscurantismo en el que la habían metido”. ¿Quién?, no creo que el CNCO haya brillado tanto en sus casi treinta años de historia como lo ha hecho en los últimos quince. He estado vinculada a este club más de 20 años y nunca se ha vivido una situación de crispación como ésta. Insultos, faltas de respeto, comentarios malintencionados, informaciones a medias para sembrar dudas y mucha rabia. Se critica al presidente saliente por estar doce años en la directiva, ¿por qué en esos años ningún socio dio un paso al frente y presentó una candidatura? Porque esto requiere mucho trabajo, muchas horas que robamos a nuestras familias para regalar al CNCO. Este trabajo quema mucho, y hablo con conocimiento de causa. Y todo a cambio de las satisfacciones por los resultados de los nadadores, que son lo más importante, y por la imagen del club; pero también a cambio de muchos sinsabores, malas caras, protestas, críticas…
Éste es un club de deporte base, nadie se juega un contrato multimillonario. Se trata, simplemente, de hacer deporte, algo tan básico y tan importante para la formación integral de las personas, sobre todo de los jóvenes. ¿Por qué nos empeñamos en decirle al equipo técnico cómo tiene que hacer su trabajo? Nuestro director técnico, Javier Hurlé, es un referente en la natación asturiana, a la que ha dedicado toda su vida profesional. Los últimos dieciséis años los ha dedicado al CNCO, de lo que estamos muy orgullosos en este club. La tranquilidad de los padres cuando dejamos a nuestros hijos en una piscina en manos de profesionales no tiene precio. De esto damos fe los padres y madres de cientos de nadadores que han salido del CNCO bajo la tutela de Javier Hurlé y su equipo técnico.
Por el bien de los nadadores del CNCO –que, repito, son lo más importante–, espero que la próxima junta directiva sea capaz de trabajar por y para el club, y no por y para ajustar cuentas.
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