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Graves divergencias entre Cáritas y la Iglesia

27 de Abril del 2015 - José Antonio Colao Álvarez (Oviedo)

Cáritas es ante todo un instrumento para llegar a los más pobres y desfavorecidos. Tanto a nivel material como a nivel moral. Desde los que pasan verdadera hambre, hasta los marginados: niños desnutridos, niños explotados, analfabetos, obligados a trabajar jornadas interminables por cuatro céntimos, ¡niños reclutados para las milicias obligados a luchar, matar y morir en lo que no son sus guerras, ellos nunca tienen guerras! ¡Niños en fin explotados! Pero también hombres y mujeres sin techo, ex presidarios, toxicómanos, mujeres explotadas sexualmente, en fin, allí donde hay injusticia Cáritas, quiere estar presente. Y si no es para remediar lo irremediable, al menos para sembrar una semilla de esperanza de cara al futuro En nuestros barrios de extrarradio, en los países subdesarrollados o envía de desarrollo (esta presente hoy en día en 165 países). Intentando que los males que hoy padecen nuestros hermanos no los padezcan sus hijos mañana, sembrando esperanza. ¡No solo dando pan o ropa! ¡Creando estructuras que cambien el signo de los pobres: creando escuelas, hospitales, pozos de agua etc.! Sabiendo que esto no lo puede conseguir una Institución sola, apelando a las conciencias y a los Estados y a los gobernantes Sin dejar de actuar día a día en el barrio del extrarradio de nuestra ciudad, dando un desayuno, una comida, una manta, ropa para un bebé recién nacido

¡Es de comprender que una institución así sea del agrado de cualquiera; de ahí que en las estadísticas sobre la opinión del ciudadano sobre las principales instituciones salga altamente favorecida!

¿Pero por qué la Iglesia sale tan mal parada, en las mismas estadísticas? ¿Por qué existen esas divergencias entre Cáritas y la Iglesia a la hora de ser valoradas?

Porque tal parece que no entendemos que Cáritas nace en la Iglesia, es Iglesia y no tendría ningún sentido sin la Iglesia pues Cáritas Española nace en el seno de la Iglesia Católica en los años de la postguerra Civil Española, en los conocidos como los años del hambre. Como respuesta de una Iglesia pobre que sale al encuentro del pobre impulsada por la entonces equivalente a la actual Conferencia Episcopal.

Cáritas está enraizada en los cimientos de la Iglesia Católica y bebe de sus mismas fuentes. Así, lo mismo que la Iglesia, también para Cáritas se revela los deseos de Dios para que vea la luz hecha obra, en el Antiguo Testamento: El levantará del polvo al indigente, del estiércol saca al pobre, para sentarlo entre los príncipes (Salmo 113 -114- Vrs. 7 y 8) por poner un mínimo ejemplo de los sobreabundantes ejemplos que pueblan el A. T. En el Nuevo Testamento cobra su culminación el amor de Dios hecho hombre por el prójimo y proclama la supremacía del amor, especialmente por los pobres: () dirá a los de su derecha: Venid benditos de mi Padre, heredad el reino preparado () porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui peregrino y me acogisteis, estaba desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, preso y vinisteis a mi. Entonces le responderán los justos: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos peregrino y te acogimos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? Y el rey les dirá: En verdad os digo que cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños conmigo lo hicisteis. (S. Mt. 25. 34-40). Por no hablar del Mandamiento supremo del Amor: Os doy mandamiento nuevo: que os améis unos a otros. Que como yo os amé, así también vosotros os améis mutuamente (S. Juan. 13. 34). Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos (S. Jn. 15. 13). Más aún si éste le odia, como los verdugos de Jesús, por los que Él mismo oraba desde la cruz: Padre perdónalos porque no saben lo que hacen (S. Lc. 23 34). Estas raíces darán sus frutos en la abundante sangre de los miles de millones de mártires que desde la persecución de Nerón hasta nuestros días no ha cesado

De esta doctrina divina nace el quehacer de la Iglesia a lo largo de la Historia. Con la construcción de hospitales, leproserías, escuelas, universidades, ordenes religiosas nacidas para acoger a los más desfavorecidos, a mujeres marginadas, a chicos de mala vida, grandes educadores (D. Bosco, Felipe Neri), misioneros que dejan su vida en los países de acogida, entre sus nativos, la construcción de orfanatos y un sinfín de Obras que va dejando un rastro de entrega por el hermano desde el Emperador Constantino a lo largo de toda la Edad Media hasta nuestros días.

De estos principios evangélicos, más recientemente, nace la Doctrina Social de la Iglesia (DSI). Que cobra todo su esplendor en los últimos siglos desde S. S. el Papa León XIII (Encíclica Rerum Novarum, 19891) con las denuncias ante los abusos de la Revolución Industrial y el Capitalismo brutal, y las reacciones que provoca: el socialismo utópico, científico y el anarquismo. Pasando el Pio XI y su oposición a los gravísimos excesos de la Revolución Rusa (1917), Gran depresión de 1929, y los Grandes Totalitarismos (fascismo, nazismo, stalinismo). Así pasando por los grandes acontecimientos del S. XX y los grandes Papas (Pio XII, S. Juan XXIII, Pablo VI, S. Juan Pablo II) hasta llegar a nuestro siglo con S. Juan Pablo II, Benedicto XVI y el Papa Francisco y sus manifestaciones en contra de las injusticias que se dan en medio de una sociedad con una globalización económica, un gran progreso científico tecnológico, nuevas potencias emergentes, pluralismo cultural, aumento de las diferencias entre países ricos y pobres, neoliberalismo, primacía de la ley del mercado y del poder económico, crisis financiera aumentando el número de marginados a nivel mundial con mayores injusticias entre los países ricos y pobres-, incertidumbre de la situación social, ante los vaivenes de la crisis, que pueden hacer peligrar el puesto de trabajo o la estabilidad empresarial y con ello la economía familiar y la posición social, pudiendo pasar rápidamente de una clase social media a un estado de exclusión social Frente a estos problemas la DSI, respondió con documentos contundentes como el compendio de la DSI (2004); Deus Caritas est (2005), Caritas in Veritate (2009), de Benedicto XVI, o Evangelii Gaudium (2013) del Papa Francisco. En todos estos documentos se hace referencia a la Caridad como fuerza impulsora del desarrollo humano, económico y social de los pueblos. De tal modo que se puede afirmar rotundamente que Cáritas nace en el seno de la Iglesia, al calor del A.T. pero sobre todo del N.T., como exigencia evangélica y data desde la primera comunidad cristiana que recoge los Hechos de los Apóstoles y no cesa hasta nuestros días, cuajando su modelo actual dentro de la DSI.

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