¡Qué vergüenza con la paradoja!
El pasado 26 de abril, una ciudadana, que no socia del Club Natación Ciudad de Oviedo, ha estado dando pábulo a tal sarta de desaciertos que, como socia de dicho club, no puedo por menos que intentar enmendar.
Se pregunta quién ha metido la insignia del club en el baúl del oscurantismo, y para informarla, y sin necesidad de dar nombres como hace usted, le indico que han sido las juntas directivas de los dos últimos mandatos, que por ilicitud manifiesta, estaban presididas por la misma persona, y que, paradójicamente, no era socio del club en alguno de esos años, todo ello según establecen los estatutos del club, que algunos consideramos normativa a respetar.
Que algunos socios del club, entre los que necesariamente me tengo que incluir, hemos estado trabajando horas y horas, días y días, en los últimos tres meses, aportando esfuerzo y conocimiento profesional para poder dejar constancia de todo aquello que denunciamos o criticamos, con documentación escrita que lo acredita y no con palabras vanas y ociosas que se lleva el viento, y sin que tenga relación con la candidatura de padres presentada a las elecciones; porque por la generosidad que nos caracteriza como socios de agrupación deportiva sin ánimo de lucro, no esperamos que el director técnico nos vaya a presentar como candidatos a ningún premio.
Sin embargo, las cosas se ven de otra manera cuando es nuestro hijo el que ha recibido el año pasado, cuando dejó de ser socio del club, un homenaje que han costeado todos los socios del club, y recibe este año un premio por ser candidato de un club deportivo en el que están incluidos todos los socios, o es que, perdida entre la normativa que manejo, y todas las actas del club que he leído, no me he percatado de que existen socios de clase A y socios de clase B.
Las cosas se ven de otra manera cuando se conocen todos los ardides, es decir, artificios, medios empleados hábil y mañosamente para el logro de algún intento, que es lo que de manera reiterada, intencionada y, me atrevería a decir, neciamente, hace el director técnico año tras año, y continúa haciendo descaradamente desde el pasado lunes, en el que el socio eligió la junta directiva que quiere que le represente, y que son hechos que están documentados y justificados por escrito, y, paradójicamente, no intentan decirle al director técnico lo que tiene que hacer, como usted menciona, sino decirle al director técnico lo que no puede hacer.
Las cosas se ven de otra manera cuando nuestros hijos nadadores que, como usted bien dice, son lo primero, han tenido que pagar el coste de su presencia por méritos en el Campeonato de España que tuvo lugar en este mes de abril, y han tenido que pagar el coste del viaje del entrenador que los acompañaba, a diferencia de otras glorias en las que el club, es decir, todos los socios que lo componen, pagaban el viaje de otros hijos a la Copa del año pasado, o la despedida de algún que otro nadador de la competición y del club, aunque el tiempo verbal empleado no es correcto, porque debería decir tendrán que pagar, y esto es algo que podrá preguntar, por la relación de confraternidad que parece unirlos, al director técnico, porque nosotros también estamos esperando a que se cumpla el “tendrán que devolver” desde el año pasado.
Las cosas se ven de otra manera cuando nuestros hijos nadadores no pueden acudir a competiciones en las que el club ha sido invitado a participar, o a competiciones oficiales en las que poder acreditar tiempos y acumular méritos, por la decisión arbitraria, deportivamente injustificada y avalada por la autocracia imperante en el Club Natación Ciudad de Oviedo.
Se le permitió estar en una charla dirigida únicamente a los socios del club, y utilizó su presencia para descalificar, insultar y hacer comentarios malintencionados de los allí presentes. Se le informó de muchas de las cosas que están debidamente documentadas para, en su caso, presentarlas ante los organismos que tutelan este tipo de asociaciones, incluso para emprender acciones legales, como usted misma menciona. Y a pesar de que expresamente se le indicó que hay socios que están realmente indignados por la situación en la que se encuentra un club que no es merecedor de ello, paradójicamente, su sospechosa miopía a la hora de informar sobre lo que pasa es la que le impide ver que algunos socios intentamos sacar el club del fango en el que lo han dejado caer.
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