En defensa del empleado público en Corvera

El Alcalde de Corvera ha remitido a los empleados municipales un comunicado en el que se les informa de que, en la nómina del mes de abril, se les reintegrará la mitad de la cuarta parte de la paga extraordinaria correspondiente al mes de diciembre de 2012, que fue suprimida por Real Decreto del Gobierno Central.

Que se devuelva la parte proporcional de la paga extra a los empleados públicos no es nada excepcional, dado que numerosas sentencias vienen obligando a ello. Lo que sí que nos parece excepcional es el momento, el modo y la justificación con que el Alcalde corverano lo va a efectuar.

Hablemos de prioridades: el Ayuntamiento de Corvera es de las últimas administraciones en poner en práctica tal medida. Y eso a pesar de presumir de la prontitud de pago y de la solvencia económica del mismo.

Hablemos del momento: que el Alcalde confiese un mes antes de las elecciones municipales que su partido estaba en contra de la aplicación de esa medida, y manifieste su solidaridad con un colectivo que ya había sido castigado por la reducción de su sueldo en un 5 %, obviando que esa reducción la decidió su propio partido, sólo puede interpretarse como una llamativa manipulación electoralista y no sorprende que encuentre la enfadada reacción de muchas trabajadoras y trabajadores municipales que consideran que, lo que ya vienen denominando como el panfletazo, es una falta de respeto a su propia inteligencia.

Refirámonos a la justificación: la culpa de que sólo se pueda devolver la mitad de la cuarta parte de la paga la otorga el edil corverano a la oposición, que no dio su aprobación a los presupuestos anuales (unos presupuestos, los más sociales de la historia, que cualquier mente preclara calificaría de ficticios y electoralistas, a tenor de la fecha en que se planteó su aprobación). Sin embargo en lo que va de año las modificaciones presupuestarias, que podrían facilitar que se realizara técnicamente dicha paga, han sido habituales, tal vez para apurar la apariencia de hiperactividad de un gobierno cuya prioridad, cada día parece más evidente, es la de su propia perpetuación. No olvidemos, además, que el esfuerzo se pudo haber efectuado antes de concluido el año pasado, aunque seguramente hubiera sido menos notorio electoralmente que un mes antes de las elecciones.

Resulta sorprendente la hipocresía con que el gobierno corverano trata a sus propios trabajadores y cómo, en cuanto se acerca un nuevo período electoral, los gobernantes se vuelven bondadosos, humildes y comprensivos y borran del subconsciente sus propias actuaciones sospechosas decorándolas con un baño de buenas palabras. Y yo me pregunto, ¿dignifican a quien las pronuncia o escribe o insultan a quien las escucha o las lee? Yo no puedo obviar que los mismos que afirman hoy que no querían detraer la paga extra a sus funcionarios tampoco hicieron nada por evitarlo, ni puedo olvidar, por el contrario, que mantuvieron una política de recortes en gastos de personal que ha significado la reducción de la jornada y sueldo de la encargada del Telecentro y de la Oficina de Normalización Lingüística; el despido de dos trabajadoras de la Agencia de Desarrollo Local o el despido, posterior readmisión y, finalmente despido definitivo, de la asesora jurídica; tampoco me deja indiferente un gobierno que defiende lo público pero ha llegado a plantearse reducir o hacer desaparecer los servicios de juventud y consumo (incluso con amenazas a una trabajadora) y procedido a la privatización, a través de Abierto Asturias, de los servicios de animación a la lectura y de la tercera edad; un gobierno, en definitiva, que defiende el empleo público de calidad promoviendo la discriminación y provocando el enfrentamiento y la desafección general en la plantilla al proponer la amortización de dos plazas vacantes de jardinería para aumentar la masa salarial y lograr que algunos que perciben una productividad graciable la puedan consolidar como parte fija de su sueldo.

Señor Alcalde, puede que usted logre su objetivo, el de ganar las elecciones, aunque asuste a las vecinas y vecinos de Corvera con proyectos de AVES marías que seguramente nunca vayan más allá del dinero con que el gobierno central beneficia a sus amigos encargándoles un proyecto actualmente suicida, pero tarde o temprano la gente perderá el miedo a hacer las cosas de otro modo, porque no se puede estar eternamente manipulando al prójimo, o capitalizando como propios los éxitos colectivos, sin que dichos actos tengan consecuencias en la confianza de la gente. Los baños de bondad siempre parecen sobreactuados cuando se practican desde la hipocresía.

Rogelio Crespo González, candidato a la Alcaldía de Somos Corvera