Running & OWA
Estoy muy contento de haber completado con éxito mi primera media maratón, en Gijón. Todo empezó hace año y medio cuando este humilde runner a las puertas de la crisis de los 40, con una forma física pésima, muy pasado de kilos, sin historial deportivo ni constitución atlética, decidió cambiar.
Lo del running y lo del runner, me hace gracia y me recuerda al gran profesor de finanzas Joan Massons, que comenzaba su clase afirmando que había bautizado al principio básico de la contabilidad como el O.W.A. Ante nuestra sorpresa, el profesor reflexionaba sobre la costumbre de muchos humanos, en finanzas y en otros ámbitos de la vida, de utilizar el inglés para añadir entidad, misterio y un cierto toque pijo a cualquier concepto sencillo. De este modo, O.W.A eran las iniciales de Old Woman Account, en definitiva, la cuenta de la vieja. Bajo esta premisa, iniciaba la clase para luego explicar, con humor y una claridad absoluta, lo sencilla que era la contabilidad, siempre que se tuviera presente el principio básico del O.W.A.
Volviendo al running y al runner, me puse en marcha guiado por un buen amigo, al que estaré siempre agradecido, que ejerció de coach conmigo. Tengo la suerte de que es un experto en la materia y además es ironman (ha completado la prueba más exigente del triatlón: nadar casi 4 km, pedalear 180 km y acabar corriendo 42 km).
De esta forma, empecé por un reconocimiento médico. A continuación, los primeros planes de entrenamiento, caminando y trotando, cuidando un poco la alimentación, corriendo la San Silvestre, incrementando kilómetros, más carreras populares de 5-10 km, introduciendo la elíptica y la natación hasta conseguir acabar la primera media maratón, orgulloso con mi marca de 2 horas y 11 minutos (el ganador solamente me sacó poco más de una hora).
Son muchos los que me han felicitado por la gesta. Sin embargo, creo que tampoco tiene mucho mérito (al margen de la marca) ya que el principio, al igual que ocurre con el O.W.A, es sencillo. Simplemente se basa en el sentido común: partiendo de un reconocimiento médico, hacer ejercicio físico, alimentación equilibrada (lo que más me cuesta en mi caso) y, sobre todo, constancia. A partir de esto, hoy en día hay muchísimas ayudas (zapatillas, libros, revistas, gimnasios, coaches, ropa técnica, GPS, fisios, etc) y si encima tienes la suerte de tener, como en mi caso, algún amigo que te ayude todo es más fácil.
Defiendo la moda del running porque tras ese empeño de utilizar el inglés (probablemente por los motivos expuestos por Joan Massons) está moverse, hacer algo, disfrutar trotando, corriendo, al ritmo que sea. No se necesita ni mucho material, ni mucho tiempo, ni tampoco creo que sea tan malo (siempre y cuando se mantenga el sentido común) como muchos detractores dicen: vas a lesionarte, no aguantarás, sufrirás, es malísimo para todo
La recompensa de encontrarme físicamente mejor, bajar peso y la sensación de llegar la meta tras haber disfrutado de 21 km por ese Gijón de ensueño, junto con más de 2000 personas, merece la pena.
Así que viva el running, que hace que lo pase tan bien y viva el O.W.A, que me permitió entender la contabilidad.
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