Los mayores no merecemos que nos manden a la mierda
Como asiduo que soy de la sección “Cartas al director” de este periódico, no puedo resistirme a contestar, aunque sea de forma breve, a la carta que publican el viernes 1 de mayo, firmada por el señor Miguel Braña, de Oviedo.
Este señor, después de hacer, a mi juicio, alarde de una retórica desmedida para pretender convencernos a los mayores de que debemos colaborar a cambiar la desastrosa situación en la que se encuentra nuestro país, desde la transición política hasta nuestros días, acaba, eso sí, pidiendo perdón mandándonos a los mayores a la mierda, en el supuesto de que no estemos dispuestos a que él y los de su generación puedan contar con nosotros, los mayores, para cambiar y reordenar nuestra sociedad y dejar a nuestros descendientes un país mejor que el que ahora tenemos y el que por desgracia nos tocó vivir hasta hace bien pocos años.
Señor Braña: siguiendo su mismo proceder, váyase usted a la mierda, si eso es lo que le apetece que hagamos los demás. Cambien usted y los de su generación el país y la sociedad pero, por favor, a los mayores no nos pida usted más sacrificios; ya fueron demasiados los que nos tocó hacer en su día y durante décadas. Qué sabrá usted de todo por lo que nos tocó pasar a los mayores a quienes usted con tanta desvergüenza e irreflexión manda “a la mierda”.
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