El último del SEAF-PPO
Al término de la II Guerra mundial todo debía quedar bajo control: media Europa de unos, la otra de los otros. Eisenhower visita España con una oferta de empleo: hacer chapa de acero y luego mineraleros y petroleros; surgió ENSIDESA y la E. N. Bazán se puso a hacer barcos. Los planes de desarrollo rodaron con López Rodó como automóviles vía Europa: había que compensar la balanza de pagos, no bastaba el turismo o la emigración; también las multinacionales del automóvil podían venir a hacernos trabajar aquí. Los profesionales necesarios para emigrar a los Polos de desarrollo o a Europa, había que formarlos: se creó el PPO. En Europa los países destruidos cogieron impulso industrial, fuera también. El japonés dejó de ser un turista fotográfico y pasó a ser un genio. La CECA había creado la CEE pero Japón, con las minas de hierro y carbón en Australia, pasó a ser en 1972 el gran productor mundial de acero. Mientras el petróleo avisaba de sus «picos» con la crisis. Todo lo que mantenía a Asturias: carbón y acero, cambiaba de continente y los barcos se construirían en Corea. Se necesitaban técnicos para relanzar una industria que entraba en una innovación acelerada de la mano de la electrónica digital, la oleohidráulica y la neumática creando procesos automáticos y robóticos complicando el empleo (Asturias: Paraíso Natural y hostelero). El Ministerio de Trabajo creó cursos vespertinos en sus «Uni» Laborales e impulsó Centros Fijos del SEAF-PPO con la incorporación de experimentados ingenieros técnicos de la industria como instructores para formar técnicos sacándolos de entre los ya existentes en las empresas: en todos sus centros había aulas de Electrónica digital, oleohidráulica y neumática; también creo oficinas de empleo. Cuando ya se gestionaba nuestra entrada en el Mercado Común Europeo, cuando ahora Otero Novas nos dice que en la Transición lo que no quería que sucediese EEUU no sucedía y se lograba vía Alemania, cuando la OIT no aprobó los programas de formación profesional del Ministerio de Educación y Ciencia y sí aprobó los del SEAF-PPO adjudicándosele los fondos estructurales formativos para cuando fuese Inem y fuente ante el Comité Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (CEDEFOP), entonces: alguien mandó parar y, aunque ya había instructores docentes en economía para formar a los propios dirigentes de las empresas y no solo a sus técnicos, todo el sistema formativo del SEAF-PPO que avanzaba a velocidad de crucero acorde con tecnologías y tiempos, dejó de avanzar y se convirtió en un Inem para fichar parados. Un Inem al que se le ordenó que, en materia formativa, siguiese con su gente diseñando y diciendo que es lo que había que hacer (fuente era ante el CEDEFOP) pero que de la formación ya se encargarían otros. Así, en 1984, a los docentes del Inem se les negó el reconocimiento administrativo como docentes vía Ley y, aunque siguiesen impartiendo cursos si ellos podían y querían seguir haciéndolo (habían opositado para docentes en tecnologías muy específicas) algunos pasaron a gestión. Ni su carácter docente ni sus contenidos formativos avanzados en destrezas cognitivas fueron reconocidos nunca como existentes.
El año pasado se jubiló el último del SEAF-PPO que impartía cursos en Asturias, este año, el 12 de mayo de 2015, se jubila el último que quedaba en la gestión. Quedan avisados de los hechos y no vale seguir como hasta ahora.
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