El PSOE y las listas de espera, increíble
Aprovecho para que los lectores y los profesionales de la sanidad podamos reflexionar, en voz alta, sobre la incongruencia de una propuesta en materia de sanidad, con foto incluida, del "Sr" Jesús Gutiérrez.
En esa promesa electoral hay una que, a bombo y platillo, se refiere a la disminución de las listas de espera que será recogida por ley y por lo tanto deberá ser rigurosamente cumplida por el Gobierno del PSOE -me imagino que siempre que los asturianos le den su confianza. La pregunta que cualquier ciudadano se ha hecho es, y permítame esta licencia, ¿entonces qué demonios han hecho durante estos cuatro años? La respuesta es obvia, puesto que es una falta de respeto para con el ciudadano, el usuario y, en definitiva, para los asturianos que ahora, tras años, nos salgan con esta ocurrencia como si fuéramos tontos.
Esto es una demostración más, la enésima, de que los políticos profesionalizados, aquellos que se aferran al poder de la silla, no tienen conciencia social y se han separado, y mucho, de las propias aceras de las ciudades.
Permítame el PSOE que lo exprese con más claridad, pero no sólo el PSOE sino cualquier otro partido que se presenta a las elecciones autonómicas y/o locales. Echen un vistazo, nombre por nombre, años tras años, y verán siempre los mismos en los sillones del Parlamento, en las instituciones o en los cargos. Vean cómo los que tenían un cargo ahora están en la lista de diputados, y los que estaban de diputados ahora van a las candidaturas municipales. ¿Cuál es la razón?, ¿quizá la profesionalización de los políticos?, ¿quizás el temor de muchos de no tener dónde ir salvo en la vida política, y forman tapones generacionales? Sea como fuere, en idéntica medida a lo comentado está IU recalando las viejas glorias, ya un poco trasnochadas. Pero no me refiero sólo a la izquierda política, porque la derecha es igualmente un calco.
Todo ello lo enlazo a la falta de responsabilidad política en lo que se dice en los programas, bien por desconocimiento, bien por rodearse de consejeros sin conocimiento o porque los órganos de los partidos son tan obsoletos como los propios políticos. A esta reflexión que hago puede haber algún político que diga que lo que ocurre es que hay mucha gente frustrada, y es cierto. Es cierto que estamos frustrados todos los ciudadanos, porque quienes nos han metido en esta desgana, en esta apatía, en este enfado, se colocan en las listas cambiando, tal como dije, de puesto y de oportunidad, no sea que se queden fuera.
Las políticas sanitarias, Sr. Jesús Gutiérrez, hay que vivirlas, padecerlas y sufrirlas, al igual que la desmotivación, el enfado y el cabreo que tenemos los profesionales y trabajadores del sistema por culpa de Uds., los políticos, y así y todo, tenemos profesionalidad y empatía por los enfermos. Y si el caso que ahora pretende solucionar por decreto lo han podido realizar antes, por qué hemos de sufrir los profesionales de la salud las vivencias de pacientes que nos da coraje ver sus situaciones, ¿será que Uds., los políticos, no padecen la saturación en las urgencias hospitalarias?, ¿será que Uds., los políticos, no sufren las listas de espera?, ¡me parece una enorme desvergüenza que quien pudo haber solucionado este problema lo saque ahora en su programa electoral!
Posiblemente para solventar las listas, ampliará las plantillas de todos los profesionales y trabajadores del sistema. Seguramente dotará a los centros de salud con mayor tecnología, funcionalidad y avance en recursos. Seguramente hará posible que las urgencias puedan ser utilizadas como servicio a las necesidades reales. Seguramente la capacitación formativa y profesional será considerada por los gestores y políticos como un elemento motivador para que no se marchen hacia otros países. Y, por no abusar de tantas líneas, seguramente Uds., los políticos, serán capaces de no castigarnos con disminución de derechos laborales, sociales, económicos y formativos, tal y como lo han hecho -los socialistas- en los últimos años.
Sres. políticos, les recomiendo más seriedad y más credibilidad, porque no se nos puede ni tomar el pelo, ni pensar que somos tontos, como las épocas; unos más que otros, nos manifestábamos por la democracia, la sinceridad, la razón, la inteligencia hecha realidad y la política de los mejores.
Y le invito, por último, a visitar los hospitales servicio a servicio, unidad por unidad, y comentarnos en directo su programa para sanidad.
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