Señas de identidad
Para quienes no estamos en los entresijos de la concesión a Juan Goytisolo (1931) del premio "Cervantes" 2015 (LA NUEVA ESPAÑA, 24-4-2015), nos cabe la duda de que si no se lo dieron antes fue por causa de su heterodoxia y por el realismo social de su obra o si fue porque él se resistió a recibirlo; en el discurso de recepción del premio ante los Reyes y los académicos, sus palabras –"ser objeto de halagos por la institución literaria me lleva a dudar de mí mismo; ser persona non grata a sus ojos me reconforta en mi conducta y labor. Desde la altura de la edad, siento la aceptación del reconocimiento como un golpe de espada en el agua, como una inútil celebración"– suenan a disculpa por aceptarlo.
Desde su emigración a Francia, su obra "Señas de identidad" (1966) y su voluntario extrañamiento en Marrakech, sabemos que Goytisolo no comparte "nuestros" valores occidentales, flaquea en españolidad tradicional y detesta todo nacionalismo; él es de Cervantes. Su obra, por su nivel literario y su contenido, puede considerarse la mejor de la generación del medio siglo, y entre las mejores desde entonces. Aunque una edición de 1985 diga que los personajes de "Señas de identidad" son ficticios, su fondo es autobiográfico, y la obra se centra en sus pesimistas impresiones de un viaje por España donde no halló las señas de su identidad que buscaba; así que "Juan sin Tierra" fuese al alto Atlas para verla mejor en la distancia.
Su discurso de aceptación del premio es un torpedo en la línea de flotación del sistema y una ajustada crítica a la actual situación de España. Nos cabe otra duda: ¿conocían las autoridades académicas el contenido del discurso o, como gesto de liberalidad, dejaron que Juan Goytisolo hablara a su antojo? Ahora, 50 años después, Goytisolo tampoco ha encontrado aquí sus esencias y regresa a su medina.
La figura de Goytisolo avala un pensamiento recurrente, el de que estos viejos intelectuales y escritores, los últimos que nos quedan, son más valerosos que muchos jóvenes revolucionarios, horros de principios, a la hora de hablar fuerte y claro.
José María Izquierdo Ruiz
Oviedo
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo