Podemos quiere más impuestos
Los entusiastas chicos de Podemos dicen que crearán más impuestos. Se ve que todavía no conocen las interioridades de la Administración Tributaria española. En mi ánimo de ayudarles, voy a informarles seguidamente del arsenal que tendrían a su disposición, si llegaran al poder, para atacar a los ciudadanos desde todos los ángulos y posiciones imaginables. Las armas serían, en orden más o menos alfabético, las siguientes:
Impuesto sobre actividades económicas, impuesto sobre contaminación de aguas (antes canon de saneamiento), impuesto sobre emisión de óxidos de nitrógeno de la aviación comercial, impuesto sobre actos jurídicos documentados, impuesto sobre el alcohol, impuesto sobre grandes áreas de venta, impuesto sobre las bolsas de plástico, impuesto sobre el bingo, impuesto sobre bienes inmuebles, impuesto sobre bebidas alcohólicas, impuesto sobre combustibles derivados del petróleo, impuesto sobre aprovechamientos cinegéticos, impuesto sobre la cerveza, impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras, impuesto sobre circulación, impuesto sobre depósitos en entidades de crédito, impuesto sobre infraestructuras hidráulicas de depuración, impuesto sobre daño medioambiental, impuesto sobre emisión de gases a la atmósfera, impuesto sobre grandes establecimientos comerciales, canon eólico, impuesto sobre estancias en establecimientos turísticos, impuesto sobre energía eléctrica de origen nuclear, impuesto sobre la electricidad, gravamen de protección civil, impuesto sobre hidrocarburos, impuesto sobre el impacto visual producido por elementos de energía eléctrica, telefonía y telemática, impuesto sobre el incremento de valor del terreno de naturaleza urbana, impuesto sobre daño medioambiental por emisiones contaminantes, impuesto sobre instalación de maquinaria de hostelería, impuesto sobre determinados medios de transporte, impuesto de matriculación, impuesto de parques eólicos, impuesto sobre el patrimonio, impuesto sobre productos intermedios, recargo sobre el IAE, impuesto sobre depósitos de residuos peligrosos, impuesto sobre residuos radiactivos, impuesto sobre residuos en vertederos, impuesto sobre residuos municipales, impuesto sobre residuos industriales, impuesto sobre residuos de construcción, impuesto sobre incineración de residuos, impuesto sobre la renta de las personas físicas, impuestos sobre la renta de personas físicas no residentes, impuesto sobre sociedades, impuesto sobre sucesiones y donaciones, impuesto sobre tierras infrautilizadas, impuesto sobre labores de tabaco, impuesto sobre transmisiones patrimoniales, impuesto sobre el vino y bebidas fermentadas, impuesto sobre vehículos de tracción mecánica, impuesto sobre el valor añadido, impuesto sobre vertido de aguas litorales; suma parcial, cincuenta y cinco. Picos, palas y azadones (tasas, precios públicos, multas y olvidados), tres millones.
Quizá tenga razón Podemos y haga falta un cambio. ¿No podríamos apañarnos con una docena de impuestos bien diseñados y administrados? Ampliar está difícil. Quizá podría crearse un nuevo impuesto de gran rendimiento, encuadrado entre los disuasorios medioambientales, al que podríamos llamar impuesto sobre la captación de oxígeno y emisión a la atmósfera de anhídrido carbónico, SCOEAAC, en el que los sujetos pasivos serían los humanos y sus animales de compañía. Con la abundante recaudación esperada, podría ampliarse la red de hospitales y tanatorios.
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