El desconcierto educativo de Llamazares
Publica LA NUEVA ESPAÑA, en su edición del sábado 9 de mayo, un conato de artículo periodístico, una especie de esperpento aprovechando unas presuntas ofensas de que ha sido objeto por parte del arzobispo monseñor Jesús Sanz, cuando la realidad ha sido bien distinta, porque quien ha sido objeto de mofas e insultos graves ha sido el Arzobispo por algo tan elemental como pedir el cumplimiento del artículo 27 de la Constitución y los acuerdos del Estado español y la Santa Sede en materia de la enseñanza de la religión. El candidato comunista de IU a la Presidencia del Principado utiliza la mentira como argumento y, en su osadía, llega a enfrentar al Arzobispo con el papa Francisco. Pero lo que sí demuestra el irresponsable candidato comunista es un claro desconcierto educativo que se está implantando en España.
Los políticos han hecho de la educación un campo de batalla para imponer su sectarismo ideológico y no una prioridad en sus programas electorales hoy, como no lo ha sido desde la restauración de la democracia en 1978. La gran prioridad de todas las leyes educativas que se han implantado en España, a excepción de la actual LOMCE, han sido las socialistas, cuyo objetivo fundamental era totalmente ideológico, no reformar el sistema. Las cuestiones básicas que se debatían entonces y ahora son imponer la escuela única, pública, laicista y erradicar la enseñanza de la religión de la escuela, marginándola del sistema educativo haciéndola inviable en el horario. A esto se reducen las propuestas de los partidos desde el PSOE, Podemos, Ciudadanos, IU. Su acción inmediata sería suprimir los acuerdos del Estado español y la Santa Sede y erradicar la enseñanza concertada, tan provechosa para sociedad y totalmente constitucional. Ésta es la gran aportación que el secretario general del PSOE y el candidato comunista de IU repiten de forma iterativa y sospechosa. En el fondo subyace el principio marxista que sostiene que la única estructura básica son las relaciones económicas; todo lo demás, el arte, la religión, la literatura, el derecho, son subproductos ideológicos de las relaciones económicas de producción, tentación en la que parece haber caído el Gobierno del PP dando prioridad a la economía sobre todo lo demás. Son muchos los políticos e ideólogos españoles que piensan que, solucionados los problemas económicos, el futuro de España está asegurado. No parece que esto sea así; basta con observar el mapa de la corrupción política en la que están inmersos los viejos partidos y algunos de los más nuevos que aún no han tacado poder.
Hoy el sistema educativo español hace aguas en todas sus fases, en la Secundaria Obligatoria o no, pero muy especialmente en la Superior y universitaria, como se puede comprobar por el alto índice de paro juvenil, cuya tasa supera el 50%; y de los titulados que trabajan, más de un 25% lo hacen en categorías inferiores a su titulación, con lo que esto significa de desaprovechamiento personal cualificado. El grave problema educativo español se comprueba en que más de un 25% de los alumnos de ESO abandonan el sistema educativo sin ninguna preparación profesional, a lo que hay que añadir el alto número de fracaso escolar. La formación de profesional cualificada es deficitaria y no responde al perfil que necesita la sociedad, porque los currículos de la enseñanza reglada no responden a las necesidades de las empresas, con lo que esto supone de pérdida de competitividad de las mismas en un mundo globalizado. El exceso de titulados universitarios confirma la falta de profesionales competentes. En España los estudiantes universitarios son el doble que los de Formación Profesional, todo lo contrario de lo que sucede, por ejemplo, en Alemania, donde los titulados de formación profesional suponen un 70%. El mundo laboral está evolucionando de forma casi revolucionaria, de tal forma que muchos de los puestos que hoy son demandados tienden a desparecer. Además los estudiantes más jóvenes tendrán que ir mentalizándose de que el actual modelo de empleo para toda la vida y sin movilidad pronto será un recuerdo. No faltan analistas que sostienen que la enseñanza, tal como hoy está estructurada por temarios y cursos rigurosos que se aprenden y se superan de forma automática y memorística, tiene los años contados. Mientras la educación no sea una prioridad real, la economía no es sostenible.
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