¿La afición es soberana?
Sí, lo pregunto, no lo afirmo.
Por lo visto, pagar un abono, ser socio o comprar una entrada de fútbol le otorga automáticamente a su propietario la soberanía para pitar y faltar al respeto a todas las personas que están trabajando unos metros más abajo, en el campo. ¡Qué pena que no nos otorguen también un poco de respeto y, sobre todo, de sentido común!
Lo que está soportando Iker Casillas en el Bernabeu durante las últimas temporadas no tiene explicación deportiva de ningún tipo, y cuando los tertulianos y seguidores de los diferentes programas deportivos, que tienen un filón con este tema, dicho sea de paso, intentan buscar una justificación a su situación, los argumentos esgrimidos son de lo más singulares, llegando incluso, las mismas personas, a adoptar una postura o la contraria, a conveniencia de cada situación. Parece que lo que vale para Iker, tanto para atacarlo como para defenderlo, no sirve para los demás jugadores, ni de su equipo, ni del resto de equipos.
Voy a dejar a un lado, en mi reflexión, a los que lo llaman “Topo”, a los que lo acusan de echar a Diego López para quedarse él de titular. A éstos sólo les recomiendo que revisen, con tranquilidad, todo el proceso de la portería blanca durante aquellas fechas: ¿en qué puesto estaba el Madrid y cuántos goles llevaba en contra cuando le quitaron la titularidad sin razón ninguna?, y, sin despreciar a nadie... ¿qué fue del portero que lo sustituyó antes de la llegada de Diego López? ¿Qué pasa, que cuando Iker se lesionó, ese portero ya no servía, ya no era más bueno que Iker? ¡Qué etapa más mala para mi Real Madrid, por Dios!
También están los que, con más delicadeza, dicen: “Ya no es el que era!. ¡Claro que no lo es!, ni él, ni yo, ni ninguno de los que le pitan por este motivo. Los años pasan para todos, y las personas tenemos rachas mejores y peores; pero la experiencia también es un grado y te ayuda a suplir otras carencias. Por lo visto, como ya tiene unos añitos, no importa si aún tiene contrato por dos temporadas más, o si el entrenador ha decidido que él es el portero titular; no, hay que silbarle incluso antes de que toque el primer balón. Seguro que con eso va a mejorar un montón y va a hacer unas salidas por alto espectaculares, y va a ir de cine con los pies... y sobre todo, con esos silbidos se va a motivar y va a sentirse muy seguro bajo los palos.
Con los que podría estar un poco de acuerdo es con los que se escudan en que el pasado, en el fútbol, no cuenta; es decir, porque haya sido uno de los mejores porteros del mundo (para mí, el mejor), y porque haya dado grandísimos momentos a su club y al fútbol español, no van a dejar de criticarlo cuando lo haga mal. Para mí, correcto, pero en ese caso también deben reconocerle los méritos cuando tiene actuaciones muy buenas, que aún le quedan muchas, y juzgarlo por el mismo rasero que al resto de jugadores de su club. Hasta donde yo sé, los partidos no los gana o los pierde un solo jugador, por muy determinante que éste sea.
Bueno, no creo que hayáis llegado leyendo hasta aquí abajo; pero si es así, no quiero extenderme mucho más, sólo quería dejar constancia, como madridista, de que me parece triste que un deportista como Iker, un crac, un gran tipo (desde mi punto de vista), tenga que acabar de la manera que lo está haciendo en su club de toda la vida. Me parece triste que en el resto de campos de fútbol, incluso de otros países, las aficiones lo respeten más que su propia afición. Me parece triste que, si se queda libre de contrato, los mejores equipos del mundo se lo vayan a disputar y para el Madrid parezca que no sirve. Y, sobre todo, me parece triste la imagen de Iker abandonando el Bernabeu este sábado pasado, enfadado con un público que le había amargado la tarde; a él que siempre los había defendido a muerte.
Algunos comentaristas creen que debe pedir perdón por lo del sábado (igual los que silbaban se han sentido un poco molestos). ¿Pedir perdón?, yo creo que aún se quedó corto.
Espero que el próximo 6 de junio (la Liga la veo complicada) levante la copa, de nuevo, y luego que haga lo mejor para él y su familia. No sé si se irá por la puerta de atrás o por la de delante, este Real Madrid tiene demasiadas puertas, pero lo que sí se es que el día que lo haga, se habrá ido “uno de los grandes del fútbol”, y lo echaremos de menos.
¡Oye, qué bien me he quedado!
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