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¿Subsuelo global activo y activado por el desarrollo?

12 de Mayo del 2015 - José Antonio Martínez-Álvarez

El “subsuelo” procede de la actividad dinámica generada sobre la Tierra global. En la materialidad del mismo quedan huellas de sólidos (minerales-petrográficos) así como fluidos y gases intersticiales o porosos; también zonas con tensiones latentes de diversa magnitud y disposición profunda. La Tierra funciona a manera de un “megatermorreactor nuclear” activado desde el interior terrestre, océanos y atmósfera. Los “residuos de las fusiones” más profundas, reaflorados a la superficie, determinan las catástrofes volcánicas y perivolcánicas. Las “tensiones latentes” se activan aleatoriamente dando lugar a la sismicidad vibratoria, en forma de terremotos, maremotos y temblores genéricos. De esta compleja fenomenología conocemos únicamente los siguientes aspectos: dónde quedan huellas fósiles de volcanes activos, los cuales actuaron a manera de “válvulas de escape” de tensiones y materiales ascendentes; en qué zonas está fracturada la corteza formando “juntas de dilatación tensional” conformadas en placas tectónicas que se pierden en profundidad por choques con subducciones vibrantes. La salida en forma de pluma-diana fluida profunda genera tensiones vibratorias transmitidas en los subsuelos como acciones sísmicas destructivas. Del juego termonuclear terrestre sólo conocemos estos mecanismos generalizables como fenómenos del subsuelo más inmediato y tierra profunda. No conocemos la previsión de ritmos e intensidades de formación de futuras válvulas de escape y evolución de juntas de dilatación. Sólo podemos, en el mejor de los casos, historificar hechos posicionalmente y acotar algunos valores de intensidad catastrófica. Se diferencian así zonas sísmicas y menos sísmicas y se desarrollan protocolos de protección constructiva y de desarrollo. La aparición de megaurbes, megaindustrias y promoción de la comunicación global, junto con las ociomigraciones turísticas, multiplica los efectos colaterales del genérico subsuelo, las explosiones vibrantes y efusivas se convierten en azote crucial para la permanencia de los espacios vitales y de neodesarrollos sociales. La Tierra, siempre activa, ahora está sobreactivada. El esfuerzo que requerirá domeñar el citado geotermorreactor nuclear será enorme. La investigación debe continuar. La aplicación de los principios de defensa tiene que redoblarse. La adquisición y divulgación de las normas o códigos para circular en la naturaleza y sus autopistas debe aumentar. El carné de corresponsabilidad circulatoria de las diversas zonas terrestres debería ser más difundido escolarmente. La “carta auditora” de las zonas, comunidades e industrias debe tomar mayor carácter. El seguro frente a la Tierra activa es el conocimiento de su zonación y formas codificadas de respuesta ante las acciones casi siempre inesperadas.

Subtítulo: Las razones de la catástrofe de Nepal

Destacado: La Tierra funciona a manera de un megatermorreactor nuclear

Nepal manifiesta que la Tierra activa sigue funcionando como siempre. También –y ésta es la más triste enseñanza– que el turismo de juego de marcas y emociones fuertes sólo añade tragedia a la ya latente por la agresividad connatural de la naturaleza erosiva.

Que tantas víctimas de la Tierra transformante descansen en dolorosa paz sobrestimada por demasiadas imágenes sobreimpresas de tragedia.

Que los victimados por descuidos en el estudio y previsiones de esta actividad terrestre ataquemos con más responsabilidad tal actividad, desmesurada por su extensión y efectos vitales y vivenciales de todo tipo.

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