La Nueva España » Cartas de los lectores » A un hombre bueno, Monchi, el de Luisa de Riberas

A un hombre bueno, Monchi, el de Luisa de Riberas

12 de Mayo del 2015 - Luis Miguel Garcia del Campo (San Juan de L´rena)

La muerte de las seres queridos siempre nos coge con el pie cambiado, no se por qué, seguramente porque nos negamos a aceptar la pérdida de las personas que forman parte ó hemos tenido contacto durante nuestra vida, de nuestros afectos, de nuestra memoria, de nuestra niñez o de nuestra madurez.

Hoy, por desgracia, podemos hacer nuestra la frase de Lope de Vega: "Quiero escribir pero el llanto no me deja". Que desgarradora verdad, qué dolor atenaza la garganta y el pecho. Dolor físico, intentando contener el llanto, y dolor que sobrecoge nuestro triste ánimo, sin que pueda describir toda la angustia que nos invade.

Ha quedado vacía una parte de este mundo de alegría, simpatía, cordura, sensatez, comprensión, afabilidad, animosidad, amparo, consuelo, responsabilidad de sabiduría. Por tu ausencia lloramos hoy y seguiremos haciéndolo tus familiares, amigos y compañeros. Has fortalecido nuestro corazón con la medicina de la vida con la que nos has dosificado todos estos maravillosos años que has estado con nosotros. Este aire y esta tierra, esta agua y este fuego, estas plantas y esta tu gente quedamos empapados de tu presencia.

Allí donde estés puedes sentirte orgulloso de tu carácter, siempre afable, con la sonrisa siempre en tu rostro, con palabras cariñosas y nunca una discusión ni un enfado. Todos cuantos te conocimos coincidimos en todas esas virtudes que te hacían tan especial: solidario, generoso, alegre, dinámico, luchador, fuerte, etcétera, etcétera, etcétera. Tu forma de ser te hizo cercano a todos por igual en tu familia, pues estabas pendiente de todos, mirando la manera de tenerlos controlados para que estuvieran bien, movías cielo y tierra con tal de complacerlos. ¡En fin, todo una padre!.

Hasta el final de tus días la sonrisa manaba de tu boca y tus ojos brillaban, pues te fuiste con la paz de ese hombre bueno que eras. Ni podemos, ni queremos dejar pasar inútilmente los años tan enriquecedores y tan gratificantes que hemos vivido junto a ti.

A todos nosotros, nos queda una tarea muy difícil de seguir, pues, por mucho que nos esforcemos, no llegaremos a tener el talento ni el nivel que tú tenías. En tú familia no queremos olvidar tu nombre, Monchi; es más, hablamos y hablaremos de ti como si estuvieras presente en todo momento, y que lo único que nos separa de ti es un espacio de tiempo, que tarde o temprano todos compartiremos contigo.

Hasta siempre, Papa; se que estás entre nosotros y que, desde donde estás, estarás protegiéndonos y dándonos esa lección de todo lo grande que fuiste, y siempre estarás en nuestro corazón. Y así, el padre bueno llega a viejo decepcionado y tardíamente arrepentido mientras que el buen padre crece en años respetado, querido, y es a la larga, comprendido.

Gracias por ser un buen padre.

Cartas

Número de cartas: 46080

Número de cartas en Octubre: 18

Tribunas

Número de tribunas: 2087

Número de tribunas en Octubre: 1

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador