Agradecimiento a los empleados de la empresa municipal TUA
Con fecha 2-9-2009 me desplazo en la línea 8, de Latores-Faro, a las 8.30 de la mañana, sacando de la cartera personal la tarjeta, abonando el trayecto; a las 12 horas necesito el DNI, poniéndome a recogerlo de mi cartera, y que no la tengo, evidentemente pensé que la había perdido porque yo sabía perfectamente que con ella había salido de casa y dándome cuenta del pago del viaje en el TUA. En ella iban 40 euros, dos tarjetas del TUA con sesenta viajes aproximadamente, tarjeta de aparcamiento en zona azul con 10 euros, tarjeta de crédito, agenda con números de teléfono muy valiosos y personales para mí, y varios (documentaciones). Tuve que acudir a coger algo de dinero a la Caja de Ahorros de la avenida del Cristo, que me dieron después de explicar el caso y me conocen.
Mi agradecimiento a la entidad, y en mi interior pensaba si por lo menos apareciese la documentación. Al llegar de vuelta a casa a la tarde, mi vecina Quieta me dice: ¿Oye?, ¿tú perdiste algo hoy? Inmediatamente ante esta pregunta ya me alegré y le contesté: la cartera. Pues mira, aquí la tienes, que a las 10 de la mañana te la trajo a casa el chófer de esta línea que se llama Javier y como no estaba nadie me la dejó a mí para que me pusiese en contacto contigo y evitarte vueltas.
Gracias, Javier, porque posiblemente el acto no tenga ninguna importancia para ti, pero lo que es para mí es un halo de respirar frescor; dejas tu nombre, el de tus compañeros/as y a la empresa municipal TUA a un nivel difícil de superar.
Hace ya unos seis años le pasó a mi madre, Concepción Suárez Casaprima, que me falleció hace seis meses; en la misma línea perdió u olvidó el bolso, sus documentos y media docena de pasteles. Ella en casa no sabía dónde lo había dejado y tenía una preocupación desmesurada. Pasados dos días, se presenta el chófer de esta línea de cuyo nombre no puedo acordarme con el bolso, documentación dinero y la media docena de pasteles estrujaditos, pero estaban al comerlos sabrosísimos. La cara de agradecimiento y satisfacción de mi madre, en paz descanse, no tenía precio; se lo contaba a todo el mundo y a cada TUA que veía me decía que si sería el que le llevó la bolsa a casa, ya me tenía aburrido.
Mi más expresivo agradecimiento a ti, Javier; a tu compañero con anterioridad y a vuestros compañeros/as y a TUA, que es a la que representáis y que ella sepa valorarlo como yo. Al escribir este agradecimiento en mi nombre y en el de mi madre se me han ido las lágrimas.
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