Indecisos y volatilidad del voto
Ante las elecciones autonómicas y municipales de mañana domingo, parece que los indecisos jugarán una función decisiva. Las razones de la indecisión y las dudas de muchos ciudadanos son claras, a mi juicio, ya que están en relación con el multipartidismo existente y con la cantidad de mensajes y propaganda electoral, similares en bastantes aspectos. Por tanto, los resultados, incluso teniendo en cuenta los múltiples sondeos y encuestas realizados, son inciertos, por causa de unos porcentajes de indecisos que alcanzan, por ejemplo en Aragón, un 44 por ciento.
Además, la variación de la intención de voto y la volatilidad del mismo son notables y se explican por varios motivos. Primero, porque a medida que se conoce más lo que plantean los diversos candidatos de los partidos, los ciudadanos pueden pensar en dar su voto o en no darlo en función de la coherencia que muestren en sus actos electorales y en sus discursos, etcétera. Esto es lo que causa confianza o desconfianza en los potenciales votantes.
El segundo motivo tiene que ver, en mi opinión, con la rapidez con la que sucedió todo en la campaña electoral y con cosas imprevistas que ocurren en relación con las actitudes y frases de los líderes y candidatos.
Un tercer motivo considero que es el tema de los casos de corrupción y las propias informaciones de la prensa y de los medios de comunicación, que pueden cambiar la tendencia de voto. Además, las propias encuestas influyen tal vez, en alguna medida, en el deseo de votar a un partido en vez de a otro. A todo esto se añade la incorporación de dos partidos nuevos, lo que ha causado dudas a una parte del electorado.
Considero que lo deseable es que se disipen lo más posible las dudas y la indecisión en los votantes y que haya una participación masiva en las votaciones. La abstención, aunque es una actitud válida y democrática, no me parece la mejor opción para la gobernabilidad de nuestro país, también con vistas a las elecciones generales. Ya que creo que estas elecciones autonómicas y municipales son una especie de ensayo general.
La volatilidad de la intención de voto es la expresión, en parte, de lo mudable e inconstante que es el escenario político actual. Y esto produce también indecisión y numerosas dudas acerca de la opción política, supuestamente mejor, en una considerable parte de la ciudadanía.
La forma de llevar la campaña electoral por parte de los candidatos parece que influye en un mayor o menor nivel de confianza y apoyo. Por ejemplo, el rigor, la claridad y no mostrar actitudes de enfrentamiento contra los adversarios políticos aumentan, parece ser, las posibilidades electorales. Ya que los ciudadanos considero que, en general, prefieren discursos en positivo, que expliquen lo mejor posible las propias propuestas y los aspectos esenciales del programa político de cada partido.
En cualquier caso, dicen los expertos que la mayoría de los ciudadanos vota más con el sentimiento que con la razón. Y están en su derecho. Aunque considero que lo más lógico y coherente es analizar lo que ofrece cada formación política y reflexionar acerca de la mejor decisión de voto en función del interés general y del bien común. Algo que incluye también la intervención de la inteligencia sentiente.
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