Tensión en Iberoamérica
La tensión que estos días estamos viendo entre los gobiernos de Venezuela y Colombia, si alguien no pone un punto de sensatez en el asunto, solo puede desembocar en un enfrentamiento armado. No es la primera vez que países hermanos se enfrentan en el continente americano, ¿se acuerdan de la guerra entre Perú y Ecuador, entre Honduras y El Salvador (la llamada Guerra del Fútbol) y las graves tensiones entre Chile y Argentina, por las aguas y territorios australes, en las que la providencial mediación del Papa Juan Pablo II evitó males mayores? Fueron conflictos de no hace mucho tiempo. Pero ahora hay un salto, por decirlo de alguna forma, cualitativo, porque un poderoso país se puede unir a la "fiesta". Todo el mundo sabe que los EE UU siempre han considerado a Iberoamérica su "patio trasero" y que han intervenido militarmente en multitud de ocasiones para defender a los dictadores locales, garantes de sus intereses económicos en la zona. Aunque los USA y algunos de sus incondicionales han intentado justificar sus agresiones en el contexto de la pasada "Guerra Fría", la verdad es que, incluso antes de la revolución bolchevique de 1.917, los EE UU ya habían intervenido militarmente en más de 100 ocasiones en Centroamérica. Han usurpado a México amplios territorios, a Cuba Guantánamo, y son famosas sus invasiones de Santo Domingo y Granada así como las operaciones dirigidas por la CIA en Bahía de Cochinos (Cuba) y todo el Cono Sur para imponer regímenes sanguinarios afines, incluso atacaron a España, en la guerra de 1.898, para quedarse con Cuba. Garantizado el expolio del petróleo iraquí y el mantenimiento del régimen títere del presidente Yalal Talabani, era previsible que una buena parte de las tropas destinadas allí pasaran a engrosar las fuerzas que ocupan Afganistán y, desde ambos frentes, y con el apoyo de la Navy, los EE UU y sus aliados atacaran Irán, que es la razón última de todo el despliegue militar en la zona. Pero, parece ser, que Rusia, que es la responsable de la mayor parte de la intendencia en la guerra contra los talibán y China, que depende en gran medida del abastecimiento de petróleo iraní a través de un oleoducto de más de 4.000 kilómetros, no están por la labor. Mientras se apuntala la situación afgana y se esperan, y se impulsan, nuevos acontecimientos que puedan desestabilizar el régimen de los ayatolás, los EE UU, que llevan tiempo preocupados por la influencia chavista en Iberoamérica, han vuelta la vista sobre Venezuela. La República Bolivariana es el cuarto productor mundial de petróleo, una perita en dulce para los halcones de Washington. El presidente Chávez, que es bastante imprudente y un poco bocazas, pero que es el elegido democráticamente por los venezolanos y el único comprometido con los mas desfavorecidos, que son legión en uno de los países mas ricos del Nuevo Continente, ha intentado modernizar su ejército con la compra de cien mil fusiles Kalashnikov AK-103 (una buena parte se fabricarán en Venezuela) y los aviones de combate, también de procedencia rusa, Sukhoi 30MK-2, el mejor cazabombardero de cuarta generación (EE UU se negó a suministrar repuestos para los cazas General Dynamics F-16 de las FF AA de Venezuela) pero, las FF AA venezolanas son un mosquito frente al inmenso poderío militar norteamericano. El presidente Uribe, además, ha autorizado el uso de siete bases colombianas a las tropas USA, lo que ha calificado el presidente Chávez, en su reciente visita a Irán, como la conversión de Colombia en el Israel de América. En este contexto explosivo la diplomacia española debería estar jugando el papel que históricamente le corresponde, sin resabios imperiales y teniendo siempre en cuenta que las repúblicas de Iberoamérica deben ser tratadas como estados adultos y de igual a igual (un jefe de estado no debe mandar callarse a otro). Los fraternales lazos que nos unen con aquellos pueblos exigen que el presidente Zapatero ordene al ministro Moratinos (tan hábil en terrenos movedizos) que se reúna con los presidentes de Venezuela y Colombia para, con su mediación, parar esta escalada diabólica. No será así, el PSOE y el PP estarán mas preocupados por convencernos del envío de mas soldados a Afganistán (guerra donde ya han muerto más de 80 soldados españoles) para acabar con los talibán. Por cierto, conviene recordarlo, los "estudiantes de religión" fueron una creación de los EE UU en su antigua lucha estratégica contra la URSS.
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