De Lorenzo y la exhibición de Alonso
Alguien me tendrá que explicar si la parafernalia que montó Gabino con Fernando Alonso es como para denominarlo espectáculo. Por el número de público asistente hasta podemos caer en la tentación de creerlo algo digno de ver, pero me gustaría hurgar en las mentes de cada uno al final del pasatiempo y ver cómo se dicen para sí: ¡hay que tener poco que hacer! para perder horas detrás de unas vallas para ver cuatro disimuladas conducidas de cochecitos sin rival. Todos sabemos que a caballo ganador y sudoroso se le acercan fácilmente todo tipo de moscones.
Señor Gabino, el esperpento que montó en Oviedo sería, en símil, hacer que el torero José Tomás se paseara del ramal de una vaquilla, un buey y torete bien avenido por las calles de Oviedo; eso sí, vallando bien y cerrando el paso a garajes y pasos de peatones, por si la vaca se vuelve de repente un toro bravío.
Donde tiene que pasearse el toro y ser agasajado el torero es en la plaza; donde tienen que correr y tronar esos cochecitos es en los circuitos.
No se pueden cerrar calles, garajes y sumar todo tipo de incomodidades a los ciudadanos de Oviedo, y sin entrar en el gasto municipal, para que el señor Gabino pasease sentado en un automovilito de carreras sin competidores. Ya me dirán ustedes la incoherencia de este Alcalde perenne: pasó de ser el abanderado de la peatonalización de calles y la lucha contra el ruido a convertir Oviedo en un circuito para hacer pasarela con cochecitos quemando neumáticos y atronando de ruido.
Alonso nada tiene que ver en esta crítica, es ovetense y normal que le encante ser aplaudido por sus paisanos, pero el oportunismo y la extravagancia del Alcalde son, como siempre, utilidad, notoriedad, provecho y exaltación. Alonso es un gran campeón, un deportista al que ya Oviedo y Asturias le han premiado y correspondido, nada tiene que demostrarnos, pero creo que José Tomás jamás aceptaría pasearse tirando del ramal de unas vaquillas, a él le gusta más arrimarse al toro bravo y en la plaza.
Un saludo a nuestro gran deportista, esperando que sea campeón muchas veces más, pero espectáculos como el de Oviedo no le servirán de entrenamiento para adelantar a Hamilton. Sobre nuestro Alcalde, ya nada me queda por reprocharle, salvo pedirle que se vaya del cargo público lo antes posible, deje que la alternancia aflore dentro de su propio partido, donde savia nueva entre aportando ideas refrescadas. Simplemente desearle una larga vida y plena de salud, pero fuera de nuestra Alcaldía, y no se le ocurra irse solo, lleve consigo a los que le acompañaron tantos años en las buenas obras y las muchas y extravagantes malas gestiones, como los señores Caunedo, Reinares, De Luis y, muy especialmente, la señora Pérez-Espinosa y el antes socialista Mortera.
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