Crítica sin fundamento
Cuando uno está enfadado y molesto por alguna cosa, no resulta el momento idóneo para redactar la carta que pensamos enviar al periódico para su publicación, si lo hacemos, corremos el riesgo de decir imprecisiones y cosas que nos dejan en mal lugar.
El jueves 28 de mayo, un lector de Gijón publicaba en LA NUEVA ESPAÑA, una carta titulada Mi pensión tributa tres veces, en la que ya el título, se salía de toda lógica. Este señor, según yo entiendo, pretendía despotricar contra el señor Montoro, Ministro de Hacienda, por verse obligado a declarar una pensión que cobra del extranjero, además de su pensión de España. Pagar a Hacienda supongo que a nadie nos gusta, pero no por eso debemos decir cosas que no son ciertas. Yo no tengo porqué defender al señor Montoro, no milito en su partido ni soy votante suyo, y además supongo que él, se sobra para defenderse; pero decir de él lo que se dice en esa carta, sólo por el hecho de haber aprobado ahora una especie de mini amnistía fiscal, en forma de disposición adicional única, introducida en la reforma fiscal en vigor desde el pasado uno de enero, y por la que se concede un plazo que termina el próximo 30 de junio, para que quienes estén cobrando pensiones del extranjero y no las hayan declarado a su debido tiempo, lo hagan ahora regularizando su situación, presentando declaraciones complementarias por los cuatro últimos ejercicios fiscales aún no prescritos, pero sin cobrarles recargo ni sanción alguna.
Sin pretender incordiar, yo pienso que el lector en cuestión, en este caso, lejos de despotricar contra el señor ministro, debería estarle agradecido, por permitirle ponerse al día en sus obligaciones fiscales, con sólo pagar por los últimos cuatro años sin sanción ni recargo. Algunos, como yo, llevamos catorce años declarado nuestra pensión de Alemania, conscientes de que en España la renta supone el total de nuestros ingresos, independientemente del lugar donde se hayan generado, tal como contempla el artículo dos de la Ley del IRPF, y también lo fijado en los acuerdos internacionales para evitar la doble imposición fiscal en materia de pensiones.
Por cierto, ahora mismo estamos haciendo la declaración del ejercicio 2014, y hasta el 31 de diciembre de ese año, estaba en vigor la ley que había reformado y aprobado el gobierno del señor Zapatero. De manera que si no nos gustan sus consecuencias, creo que no es al señor Montoro a quien debemos pedirle cuentas, él acaba de reformarla, y si es para bien o para mal, hemos de esperar a la próxima primavera, cuando nos toque rendir cuentas en Renta 2015. Si el señor de la carta, se siente víctima por pagar ahora por cuatro años de su pensión, que piense como podemos sentirnos quienes llevamos 10, 15 o más años, pagando por esas pensiones.
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