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Religión en la escuela, ¿razón o fe?

20 de Junio del 2015 - Ramón Marcilla Llera (Oviedo)

Hago referencia a un interesante debate, a mi juicio, publicado en LA NUEVA ESPAÑA el 27 de mayo de 2015 protagonizado por doña Pilar Hernández (delegada episcopal de enseñanza y catequesis) y don José Luis Iglesias (presidente de la asociación Asturias Laica) y reparo, especialmente, en las afirmaciones realizadas por don José Luis a lo largo del debate: la religión no es educación. Sólo es adoctrinamiento. Doctrina es fe, no razón. Desde mi punto de vista, ni enseñáis cultura, ni arte, ni valores. Yo me muevo en el ámbito exclusivo de la racionalidad, nada que ver con el terreno del oscurantismo. El fundamento de la religión son las creencias, conceptos no verificables, fantasías y palabrería. Se transmiten conceptos, insisto, que parten de conceptos vacíos.También dice que Darwin ya contestó a la pregunta de dónde venimos y adónde vamos. En definitiva, dice que Dios es un concepto vacío. Creo, por tanto, que de sus palabras se colige que Dios es una invención.

Me permito, señor Iglesias, decirle que su posición, respetable sin duda, es un tanto tajante. En alguna parte leí hace tiempo: “Ante un gran nogal, mientras el hambriento piensa en sus frutos, el industrial calcula el precio de su madera, el carpintero proyecta un mueble, el ingeniero agrónomo sueña con una repoblación forestal, etcétera. Todos ellos se mueven en el ámbito profano.

”Pero tal vez el mismo hambriento, industrial ebanista o ingeniero, en algún momento de su vida, pueda sentirse asombrado por las fuerzas que se revelan en ese árbol, por su vejez secular, por la impávida fortaleza con que se resiste a los elementos naturales” (fin de la cita) y, por consiguiente, percibir la realidad desde otro punto de vista; y no me detengo en ninguna religión en concreto.

Ese paso que puede darse en la percepción de las cosas desde un comportamiento neutro a un comportamiento religioso ha sido calificado por Mircea Eliade (estudioso del hecho religioso, y le recomiendo a usted la lectura de su obra al respecto) como una ruptura de nivel. Esa ruptura de nivel puede llevar al ser humano a un orden de ser diferente. Y esto no es palabrería, sucede desde los albores de la Humanidad y, por tanto, pertenece a la cultura, al menos, de una gran parte de la Humanidad.

Ya sé que en cualquier religión hay mucho crédulo sin ningún pensamiento crítico y en la mía cuando, para huir de la reflexión, oigo decir que Dios esconde estas cosas a los sabios y las revela a los sencillos y humildes, me viene a la memoria lo dicho por Aurelio Agustín de Hipona (el gran San Agustín): hasta la ignorancia, tontería y necedad quiere cubrirse con el nombre de sencillez e inocencia. No obstante, le digo que, precisamente para evitar esto, es necesaria la religión en las aulas porque, contrariamente a lo que usted opina, se enseña cultura, arte y valores. Y todo ello pertenece a nuestra cultura. Y, a propósito, a usted que preside la asociación Asturias Laica le comento que laico viene a significar lo que pertenece al pueblo. Procede originariamente del griego “laós” (pueblo) y el sufijo “-ikós” (indicación de pertenencia a una categoría) convergen en el adjetivo “laikós” (lo que pertenece al pueblo). Y como todo lo anterior (cultura, arte y valores cristianos) está en la base de nuestra autocomprensión como pueblo desde hace siglos; se desprende que pertenece al pueblo y debe estar a disposición del pueblo en la escuela (para quienes lo deseen) y por dos razones más: porque la escuela es del pueblo y para el pueblo y porque eso no es catequizar, aunque a usted se lo parezca.

Por otra parte, no me hable de impuestos, que pagamos todos, dedicados a la enseñanza de la religión. ¡Santo Dios! cuántas mamandurrias, como diría la otra, se están pagando con los impuestos de todos.

Y respecto de la ciencia, usted sabe que no tiene respuesta para todo ni la tendrá nunca porque, ante un logro, siempre se abrirán preguntas que no tendrán respuesta. Esto me recuerda el diálogo entre Cienciorolo y Tontorolo: Al respecto de una discusión sobre un tema profundo díjole Cienciorolo a Tontorolo: Todo lo explica la ciencia, ¿es que ignoras lo que aporta la ciencia?, y Tontorolo le respondió: Sí hombre, cómo no voy a saber qué es la ciencia; es eso que se parece a una carrera de galgos que corren y corren detrás de una liebre mecánica a la que nunca alcanzan.

De todos modos, tiene usted razón en que todo lo que se diga sobre creencias religiosas no es verificable, no es evidente; pero piense que si al final usted tuviera razón y no hubiera nada al final de nuestra vida, nunca podrá saberlo y decir: Ya lo decía yo.

Pero ¿y si sí ? como dice el de la tele.

Bueno, bromas aparte, lo que ocurre es que, a mi juicio, y por lo que respecta a lo religioso, interesa a muchos, y desde hace mucho tiempo, ir minando los fundamentos de la fe religiosa (y si es la católica, mejor) mediante las proclamas laicistas, y qué mejor que hacer del cristianismo una ideología y fomentar otras cuestiones en la más pura agitación intelectual. Y en esto estamos. A este respecto no está de más realizar un resumen de una conferencia a la que asistí impartida por el que fue obispo auxiliar de Oviedo don Cecilio Raúl Berzosa en la que desgranó algunos aspectos del pensamiento dominante hoy en Europa en determinados ambientes que enarbolan la bandera de la progresía:

- Lo religioso no es científico, por tanto es irracional. Alejado del progresismo y aliado de la derechona más rancia y cavernícola.

- Segunda generación marxista o pensamiento de Gransci: Para construir la nueva sociedad y el hombre nuevo hay que dejar de un lado lo religioso

- Modelos antropológicos emergentes: los humanos somos ojos-corazón-manos de la madre Tierra-Gaia (ecologismo); de la máquina (homo tecno-biónico); de la Humanidad (humanismo); de la divinidad. En cualquier caso, triunfo del homo Light: bee free (libertad); conecting people (a ordenador y a la realidad virtual); puenting (coleccionismo de experiencias nuevas y, a ser posible, que no dejen huella). Se pretende reducir al hombre a cosa natural y ecológica (mi casa es la Tierra) y se quiere borrar la especie (proyecto gran simio)

- Transformaciones políticas: de la nación histórica a la nación cívica; de la política de representación a la representación de la política; de la democracia representativa a la democracia deliberativa (de unos pocos); de la comunidad al comunitarismo( de nación a nacionalismo); de la laicidad al laicismo; de la independencia de los tres poderes (judicial, legislativo, ejecutivo) a una unificación de los mismos.

- Privatizar la fe (la fe para el ámbito privado o de la sacristía). Quede claro que ser de izquierdas no supone necesariamente ser contrario a lo religioso ni estar en oposición a la fe cristiana y hay muchos que son espejo en qué mirarse; pero el creyente (de izquierdas o de derechas, por usar términos ya muy manidos) debe saber qué se está cociendo por ahí y estar al corriente de estos pensamientos dominantes para saber por dónde se socavan los cimientos de la fe (me refiero a lo estrictamente religioso, no al pensamiento político) y que, por supuesto, nada tiene que ver el cristianismo con una ideología.

Ramón Marcilla Llera

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