La Nueva España » Cartas de los lectores » Respuesta al presidente de Asturias laica

Respuesta al presidente de Asturias laica

5 de Junio del 2015 - Lisardo Santiro Vázquez (Oviedo)

En relación con las declaraciones vertidas por don José Luis Iglesias, presidente de Asturias Laica, publicadas el martes 24 de mayo en el periódico LA NUEVA ESPAÑA, me gustaría realizar las siguientes observaciones.

Uno de los argumentos que justifican la presencia de la religión en la escuela está en suscitar en el alumnado la cuestión del sentido, a lo que la asignatura de religión contribuye de un modo decisivo. El señor Iglesias se pregunta qué es el sentido, cuestión que parece resolver con el aserto “eso ya lo contestó Darwin”. Mienta un poco más allá a Galileo para neutralizar el dato de los cinco mil millones de personas que consideran que la religión sí da respuestas a esta cuestión del sentido. Grandes maestros, como Confucio o Sócrates, han reiterado como primer objetivo de la educación el conocimiento de uno mismo. El famoso y prestigioso psicoterapeuta judío Víctor Frankl (fallecido hace pocos años) dijo lo siguiente: “El hombre no sólo lucha por su vida, sino por el sentido de su vida”. Ésta es la gran diferencia entre el animal y el ser humano.

La verdadera educación ha de impulsar en el joven el proceso de búsqueda de sentido. La tarea de la educación no sólo consiste en la transmisión de conocimientos, sino en afinar la conciencia del joven a fin de hacerlo sensible a las posibilidades de sentido. Pero a esto el señor Iglesias lo llama “adoctrinamiento”. Evidente tópico reiterado machaconamente por el presidente de Asturias Laica.

Aprovecho para recordarle que en el ilustre defensor del heliocentrismo cohabitaban, sin conflicto, el científico y el creyente, como lo demuestra su célebre frase: “La Biblia nos enseña cómo se va al cielo, no cómo va el cielo”. Ciertamente, las aportaciones de Galileo ayudaron a una mejor interpretación del texto bíblico. En cuanto a la simplificación que el señor Iglesias vierte con relación a Charles Darwin, sin obviar las fluctuaciones en las creencias religiosas del célebre naturalista, el propio investigador dijo: “En mis momentos de mayor indecisión nunca he sido un ateo, en el sentido de negar la existencia de Dios”... Darwin mantuvo la convicción de que el Universo, en su conjunto, no pudo ser el resultado del azar. Esta última afirmación, por cierto, muy al hilo de lo dicho antes con relación a la búsqueda de sentido, pues la negación de la tesis del azar conlleva la consideración de una razón primera y última para el cosmos, término éste que significa etimológicamente “orden”. Ciertamente el orden implica una direccionalidad y un sentido, a diferencia del caos (desorden), más en línea con la tesis del azar y, por ende, del sinsentido.

Al señor Iglesias, que tanto gusta de subrayar las tesis positivistas decimonónicas del XIX, le gustará leer la siguiente afirmación de Albert Einstein: “La experiencia más bella que podemos tener es la de lo misterioso. Quien no lo conoce ya no puede maravillarse de nada, ya está muerto. Fue la experiencia de lo misterioso lo que hizo nacer la religión. Este saber constituye la verdadera religiosidad. En este sentido, soy un hombre profundamente religioso”. Lo dice, señor Iglesias, un amante del saber científico, pero a este Nóbel no lo podían los prejuicios.

Lisardo Santiro Vázquez, profesor de religión católica, Oviedo

Cartas

Número de cartas: 46086

Número de cartas en Octubre: 24

Tribunas

Número de tribunas: 2088

Número de tribunas en Octubre: 2

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador