Sporting, 40 años juntos
La inmensa mayoría de gijoneses tenemos una parte de nuestra historia ligada al Sporting. Los que ya cumplimos 40 años seguro que compartimos momentos de esa historia. Permitidme recordar, simplemente por placer, lo que se me venga a la cabeza, sin rigor cronológico ni pretensión de esforzarme en recordar todo ni a todos.
De la infancia, escuchar a mis abuelos que iban de jóvenes a El Molinón, mi primera bandera y camiseta de felpa, estar a punto de ganar la Copa del Rey y la Liga ("Así, así, así gana el Madrid"), mi madre comprándome un balón de reglamento que me lo entregó y firmó Ferrero en la tienda de debajo de casa, coleccionar los cromos, saber de memoria todas las plantillas de Primera, hacerme socio con mis padres para ver a Quini ("¡ahora!, ¡ahora!"), Joaquín ("tú, quién yes"), Castro, Mesa, Abel, Jiménez, Maceda, Redondo, Espinosa, Cundi, Eloy, Zurdi, Esteban, Ablanedo, jugar en Europa, gol de Jaime contra el Milán, Maradona en El Molinón, Schuster de rojiblanco en el homenaje a Quini, Boskov ("punto es punto"), Miera, Novoa, la película de Garci. De más mayor, los yogurines, Manjarín, Luis Enrique, Abelardo, Juanele, Mino, Oscar, Luhovy, sufrir por la permanencia, gastar la paga en la reventa para ver derbis contra el Oviedo, la promoción del Lleida, Stanic, Lediakhov, Nikiforov, Hugo Pérez y su cola de vaca contra el Valladolid, Tomás, Sabou, Pier, Yekini, Salinas, "Bota de oro", Morales, Velasco, Giner, el descenso calamitoso, los Kucharsky y Kosolapov, Trotta, las diez temporadas en Segunda, el desfile de técnicos y jugadores de lo más variopinto, Aad de Mos, Cantatore, Braojos, Takis, Kamatcho, Cristaldo, Rodrigao, Popovic, Sánchez Jara, Poyatos, la melena de Mingo, Soto, la llegada de Sastre, el centenario. Y más recientemente, el Guaje Villa, el casi ascenso, el grandísimo Preciado, la Mareona y los desplazamientos, el ansiado ascenso, Kike Mateo, Bilic, Michel, Luis Morán.
Tras esta ensalada de recuerdos, la historia más reciente, los cuatro años en Primera, la victoria al todopoderoso Madrid de Mou en el Bernabeu, Clemente, el nuevo descenso, el fallecimiento de Preciado, la llegada de Sandoval, Lekic y Scepovic, hasta llegar a la gloria de esta temporada gracias a Abelardo y a los guajes de Mareo, las emociones del domingo, el Lugo y el Betis, para llegar al recuerdo más reciente, ver el autobús del ascenso con mi hijo de 3 años.
Pasan los años y ha pasado un montón de cosas en estos 40 años. A fin de cuentas, el fútbol es lo más importante de lo no importante. El futuro es incierto, pero seguro que los gijoneses seguiremos teniendo una historia vinculada al Sporting, porque este Gijón del alma no se entiende sin la playa de San Lorenzo, la calle Corrida, ese gijonés cachondo que alterna en las sidrerías y el Real Sporting de Gijón. Puxa, Sporting.
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