El asesinato del joven diputado Serra
El asesinato del joven diputado Serra y la implicación de Uribe, socio de Felipe González en la conspiración anti-bolivariana.
El concejal uribista de Cúcuta Julio Vélez ha sido detenido en Venezuela, y está acusado de financiar a los sicarios que asesinaron con sucesivos acuchillamientos al más joven de los diputados de la Asamblea Nacional Robert Serra junto a su compañera tras comprar a uno de sus escoltas.
Puede ser que ahora se inicie otra campaña internacional por la liberación de este brazo derecho de Uribe en Cúcuta, y que Felipe González vuelva a Venezuela, tal vez en el mismo avión especial de la fuerza aérea colombiana que lo rescató en Venezuela, generando un gasto añadido a las arcas de la guerra colombiana. O puede que no, puede que Felipe asuma el gasto él mismo (¿?) de entre sus abundantes emolumentos, que no son sólo por aburrirse en los consejos de administración de las eléctricas españolas, sino por sus servicios para favorecer aún más la entrada de las corporaciones de matriz española en el extractivismo y saqueo en Colombia.
Y puede ser que no, que este personaje uribista se quede solito con su jefe Uribe pero sin cohorte internacional que le haga parecer inofensivo, para contrarrestar un prontuario que le señala de prófugo de la justicia colombiana, acusado del asesinato de su propia esposa María Claudia Castaño en 2010, industrial de las casas de cambio en Cúcuta para lavadero y especulación monetaria contra Venezuela, ligada a la contrarrevolución de Miami, vinculado al contrabando a gran escala de productos de Venezuela hacia Colombia, en control toral de bandas paramilitares de ideología uribista.
Ahora bien: Julio Vélez habría sido el financiador, y Leiver Padilla alias el Colombia el asesino material, pero faltaría por detener a los que dieron la orden, a los autores intelectuales, por lo que no es descartable que, si no hay nuevos asesinatos para tapar bocas, el nombre de Uribe vuelva a estar en candelero respecto a estos aberrantes asesinatos políticos cometidos en Caracas con una clara intención desestabilizadora que ha herido fuertemente a la moral chavista y esa era precisamente su intención.
Si nuestro Felipe se decidiera por interferir positivamente en la defensa del uribisdta preso en Venezuela.. esta vez lo podría tener más fácil, dada la nacionalidad colombiana de ambos, la del mafioso Julio Vélez, y la de Felipe González otorgada por el gobierno por sus servicios especiales. Y tan especiales.
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