Falsas ideologías
Hay quien se dedicó a difundir políticas de libertades, igualdades y justicias, que con el tiempo se traduce en personas con la misma sed de poder, protagonismo y grandezas que aquellos que en un principio eran objeto de sus críticas y tal vez lucha. Resultando tan espurios como las dobles moralidades, engañadizos profetas y vendedores de humo, como aquellos que acaban comulgando con ruedas de molino con todo aquello que defiende un partido, pues un criterio propio impide obedecer siempre a toda una doctrina, a una persona o un solo libro. Quienes así lo hacen son para salvaguardar unos intereses personales que muchas veces carece de una ética o moralidad, o un conocimiento sobre lo que uno hace, que impide el ser uno si mismo, la verdadera esencia del ser.
Habiendo también en bandos que defienden ideologías más conservadoras personas más honradas, humanas y dignas en su quehacer diario con las demás personas que aquellas que parten de presupuestos más idealizados. Son pocos los casos, por otra parte, que no atienden a un mercado de intereses y cumplen íntegramente con sus criterios personales a la hora de obrar.
Pero siempre hay quien se embarca en causas justas y es fiel con todo aquello que son sus principios llegando a poner en juego todo cuanto tiene sin ninguna necesidad de hacerlo. Tales son los casos como el emblemático Che Guevara o quien hizo de madre de los más desfavorecidos como Teresa de Calcuta, o por citar ejemplos más recientes en el tiempo, los periodistas rusos que por desvelar la auténtica realidad de la Rusia actual y el entramado que tanto debe esconder son perseguidos hasta su muerte.
Y es que los causantes de tales tropelías con el pueblo ruso hacen desaparecer de la misma vida, aquellos que son voces sinceras y de protesta con tamañas injusticias.
Nuestra existencia está muchas veces llena de contradicciones, ambigüedades y oscuridades, y pocas veces obedece a lo que debería ser la razón de ser de las cosas, sorprendente y desgraciadamente.
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