Una Copa agridulce
¿Por qué el himno nacional español es blanco de un desprecio masivo dentro de la propia España? En la final de la Copa del Rey de fútbol se ha vuelto a ultrajar impunemente un emblema patrio de más de dos siglos. Y aquí faltan agallas para dar una lección ejemplar. No hay mejor réplica a los pitos que una afición verdadera, esto es: que entone el himno de España a pleno pulmón, aunque sea tarareado. Recordemos la participación unísona y unánime de aficiones de países centro y noreuropeos en los Mundiales. Escucharlos cantar es algo de una fuerza irresistible. Ahí no existen disidencias ni acritudes internas; todos se unen con sentimiento profundo.
Por otro lado, no ha habido imparcialidad al disputarse el partido en la ciudad de uno de los equipos contendientes. La defensa que algunos futbolistas hacen de la pitada apelando a la libertad de expresión carece de fundamento: un himno se interpreta para escucharlo en silencio, de la misma manera que nada se debe interponer en la visión de la jugada.
Pero seamos críticos. Ir a un estadio se ha convertido en uno de los espectáculos más bochornosos. Allá donde se aglomeran cientos de personas ansiosas de victoria, ¿se puede pedir silencio en la presentación de ambos equipos? La música del himno español, originariamente marcha, es un bello ejemplo de mediados del siglo XVIII. ¿Y es esto lo que merecen los oídos de una masa frenética que vocifera arengando a insultando a placer?
Esta sociedad obsesionada por el liderazgo a toda costa ha hecho que desaparezca el valor intrínseco del deporte. Sabemos que en la grada es necesario separar cada afición, pues el exceso de adrenalina puede desencadenar actos brutales. Decisiones como la adoptada por Grecia a finales de febrero de suspender temporalmente el fútbol refleja que hay rincones del mundo donde existe todavía el respeto al ser humano. ¿Dónde está la elegancia del buen deporte con estrategias orientadas a un bonito gol que aplaudiremos todos sin distintivos de territorios?
Marco Antonio Molín Ruiz
Huelva
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