Ni fundamentalismo ni venganza
Estamos en vísperas de que se constituyan los nuevos ayuntamientos de la región tras las pasadas elecciones del 24-M, unas elecciones que afortunadamente, en la mayoría de ayuntamientos no permiten mayorías absolutas de ninguna fuerza política, por lo que, de nuevo afortunadamente, se hace necesario dialogar y consensuar (no me gusta negociar) sobre programas y políticas (no cargos ni sillones) que pudieran tener cierta afinidad y que permitan el acuerdo entre dichas fuerzas para proponer el gobierno municipal capaz de llevarlas a cabo.
No cabe duda que la irrupción de nuevos actores en estas pasadas elecciones ha supuesto una revolución en nuestro sistema democrático, anquilosado y esclerotizado, que ha traído savia nueva y porqué no decirlo, formas nuevas de hacer política. Estos actores nuevos son, en principio, un soplo de aire fresco del que todo demócrata debería alegrarse, por lo tanto ¡bienvenidos!. Además han sido la consecuencia, no tanto de sus extraordinarios méritos, como de la prepotencia, la ineptitud, la mentira y la corrupción continuas de los dos grandes partidos políticos tradicionales, que son realmente los principales responsables de su fulgurante éxito, es decir, ¡bienvenidos de nuevo! porque eso significa que la sociedad española está viva y ha dicho basta.
Dicho esto, quiero ahora centrarme en lo que está sucediendo en las dos principales ciudades de la región en los últimos días y en vísperas de la constitución de las nuevas corporaciones de Oviedo y Gijón. Aparentemente, tanto en una como en otra los bloques mas proclives a las políticas sociales y a la regeneración democrática han ganado en ambas ciudades y si se aplicára la lógica política tradicional, en Oviedo deberíamos tener una alcaldesa de Somos Oviedo (2ª fuerza mas votada) y en Gijón un alcalde socialista (2ª fuerza mas votada), sin embargo esta lógica no parece, a día de hoy, que vaya a cumplirse.
Mientras en Oviedo las tres fuerzas políticas integradas por Somos Oviedo, PSOE e IU han sido capaces de consensuar un programa común de acción de gobierno, en Gijón, los integrantes de PSOE, Xixon Si Puede e IU no han podido lograrlo.¿Por qué?: el motivo, a mi modo de ver, no ha sido una cuestión de programas, sino de personas ó porqué no decirlo, de personalismos y esto me parece lamentable porque como he dicho al principio, los ciudadanos no se lo merecen. Creo que Xixón Si Puede debiera dejar a un lado las viejas rencillas y la poca empatía personal entre sus líderes y los del PSOE, elevando sus miras y dando un voto de confianza a la segunda fuerza política mas votada, de lo contrario será una gran oportunidad perdida.
De igual forma en Oviedo, pido al PSOE que no adopte una postura de venganza, obligando a sus ediles electos de la nueva (AMSO) a votar en contra del acuerdo previamente alcanzado con las otras fuerzas, sería otra oportunidad perdida y difícilmente entendible hasta por sus propios votantes.
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