¿Ámbitos terremotizados de Asturias?
En los subsuelos de muchos complejos espacios terrestres existen diversos factores capaces de generar el "chasquido vibratorio" o "movimiento sísmico" que puede derivar circunstancialmente en terremoto o maremoto, dentro de las variables escalas alcanzadas por este genérico dinamismo terrestre. Respecto a tales sismicidades, sólo podemos decir cómo resultan ser una cualidad tensional; ligada al subsuelo, así como "camuflada" en el interior de la tierra y profundidades del subsuelo continental-oceánicos. Es, pues, un componente geodinámico con "fenomenología latente" en diversos espacios del subsuelo somero y profundo. Se manifiesta en y hacia la superficie, a través de fracturas (fallas de diversa amplitud, desplazadas verticalmente o tensionadas horizontalmente, fallas inversas, cabalgamientos, placas con subducción). También en los ámbitos plutónicos y perivolcánicos. La previsión del estado latencia sísmica en su paso a sismicidad activa en terremotos o "terremotizada" está en sus inicios. Esencialmente referenciada y deducida a partir del estudio de los ámbitos tensionales, que se perciben como latentes en los entornos de buenas representaciones cartográficas y estructurales del subsuelo. Percepciones (mediante sismógrafos) permanentes y eventuales en tales entornos se realizan, constituyendo (los sismogramas) formas y redes parametrizadas, con manifestaciones reales de las latencias sísmicas. Y la consecuente aparición de "subsuelos contaminados" por actividades vibrantes esporádicas del subsuelo-suelo, activados por su latente y variada sismicidad, que proponemos considerar y pasar a denominar como ámbitos "terremotizados".
Asturias es un geoespacio en el que aparecen ubicados diversos ámbitos con pruebas de "sismicidad latente". Los más importantes serían los siguientes: megafractura que, en dirección E-W, recorre Asturias, desde Oviedo hasta Unquera, con fallas multiplicadas desde Picos de Europa hasta el litoral y su plataforma continental; megafractura, con sentido NW-SE, que, partiendo de Avilés, atraviesa toda Asturias central; megafractura de la depresión del Duero; la falla del Cabo Torres; los plutones de Boal y microvocalizaciones de Infiesto, junto con las fracturas cabalgantes de la Asturias Occidental y los diversos cañones submarinos, que aparecen en la orografía de buena parte de la plataforma litoral, pueden configurar una nueva megafracturación, más dispersa y diversa. Señalar los rasgos de estas latencias sísmicas connaturales con Asturias no es abrir ninguna expectativa de amedrentamiento, solamente una llamada de atención respecto a tantos aspectos del desarrollo que necesitan ser más cuidados, en cualquier tipología de convivencia social, vital y no vital. También para resaltar la necesidad de hacer y mantener actuales los "protocolos de respuestas" frente a cualquier eventualidad de las latencias de riesgo previsibles del subsuelo y sus diversas intensificaciones o "terremotizaciones". Las galernas litorales asturianas, los deslizamientos de laderas no bien consolidadas (argayos), las subsidencias en las zonas muy carstificadas, los deslizamientos en la zona de paso de la plataforma continental al talud continental y arrastres dentro de los cañones submarinos constituyen algunas de las latencias que, estimuladas circunstancialmente, son responsables de cambios morfológicos y ruidos de fondo estimuladores de "microterremotizaciones", demasiado permanentes y no obstante ¿olvidadas? El abandono de la minería, excesos de la realización de obras civiles interiores, litorales, turísticas y portuarias, etcétera, propician subsidencias, deslizamientos y ruidos tensionales menores, pero acumulativos, cuyo abandono aumenta los riesgos de la habitual intensidad de la "terremotización" de fondo de Asturias. También de la "alta", ligada a la gran "fractura transformante" del cañón de Avilés, la cual se relaciona con la "dorsal atlántica" y transmite las sismicidades y terremotos más intensos, destructivos e... inesperados para la región, pero supuestos y cuando menos latentes, a fecha no previsible... respecto al momento, pero sí en lo relacionado con las buenas decisiones de observación y protocolos de actuaciones defensivas, de los riesgos permanentes y en estado de latencia, que no deben desmotivar los descuidos del permanente estudio y no cumplimiento de las normativas internacionales y nacionales para las que es obligado encarecer el respeto.
José Antonio Martínez-Álvarez,
catedrático emérito de Geología Aplicada de la Universidad de Oviedo en la Escuela de Ingeniería de Minas, Materiales y Energías
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