Areces, en Tapia de Casariego: ¡crisis!
Recientemente, el presidente del Principado de Asturias ha tenido a bien acercarse a nuestra villa al objeto de cortar la cinta del nuevo Consistorio (llevaba treinta años cayéndose), así como los cimientos del ansiado polideportivo (pretendido al menos desde 1971, y en lo que constituye el único concejo asturiano sin este equipamiento).
Y quienes tenemos memoria histórica no nos olvidamos de que la última vez que el presidente asturiano pisó nuestra villa fue para inaugurar también el entonces remodelado dique del muelle de tierra, que inmediatamente denunciamos en este medio, como una obra impresentable, en la que ni siquiera (está a la vista) se subsanó el grave problema de ser atravesado por aguas fecales. No nos equivocamos. En un par de años, lo que toda la vida fue el mejor paseo de Tapia, el muelle, presenta un deterioro sólo achacable a la mayúscula ignorancia del gobierno de Gervasio Acevedo, que es capaz de consentir chapuzas como ésta. Insistimos, está a la vista y al padecimiento de cualquiera.
Como quiera que sea, queda por solucionar el gravísimo problema del instituto, al que por cabezonería del alcalde Acevedo se sigue castigando sin la posibilidad de cubrir su fachada trasera (sobran recursos técnicos y artísticos para ello), al objeto de la práctica de la Educación Física y deportiva. Esto, entre tantos otros detalles, es lo que las familias del alumnado de Secundaria de Tapia tienen que agradecer a su Alcalde.
Pues nada, que otra vez Areces en Tapia, en donde no escondió su pedigrí de viejo comunista para soltar un mitin político de autobombo, que lo mismo le hubiese servido para Cabrales que para Vegadeo. Habló de estrechar manos de distinta ideología política y cosas tan espirituales, que pronto consiguió que todo el auditorio llegase al éxtasis de la emoción. Las lágrimas llegaron al Anguileiro y todo el pueblo comenzó a vitorear a Tini Areces, hasta pasaron ganas de pasearlo a hombros, en lo que sin duda hubiese sido una heroicidad de altura, pero finalmente nadie se atrevió, so pena de fuertes lumbalgias.
Pero, ¡oh, cielos! Lo peor para Areces vino al final. Entre corte de cinta y cinta, discursos y demás emociones, al grande de Tini le dieron las tres y media de la tarde sin comer. Pues nada, que nadie, ni tirios ni troyanos, se atrevió a invitarlo a almorzar. ¿Será posible? ¡Con todo y la riquísima gastronomía tapiega, conocida de los mejores paladares de la tierra, nada de nada! ¡Pobre Tini! ¿Será que quisieron que allí mismo nuestro presidente comenzara una dieta alimenticia? ¿Será que lo vieron excesivamente gordo y quisieron velar por su salud? ¿Será que la crisis del Ayuntamiento tapiego, tan proclive a las enchentuadas, no alcanza no ya para una buena mariscada (estamos en la época), ni siquiera para un humilde caldo de rabizas y unos frixuelinos? No reconocemos a nuestro pueblo. ¿Dónde está aquel espíritu anfitrión, dónde aquel sentido de la hospitalidad de antaño? En fin, que ironías al margen, lo que en cualquier pueblo civilizado asturiano hubiese acabado entre manteles, brindis, piropos, loas y promesas, en Tapia de Casariego nada de nada. No nos resignamos y la próxima vez pedimos al presidente Areces nos avise con antelación, que la ronda corre de nuestra cuenta. ¡Será por perres!
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo