El mudo
En mi epoca colegial, tuve un profesor, el padre Bourguet, que me decía: "Un intelectual siempre está formándose y haciéndose preguntas, por eso nunca podrá formar parte de un partido político". Después me enteré de que no debía de ser muy intelectual, pues se hizo del Ejército Sandinista.
En la Universidad, recuerdo el aula "Clarín" de la antigua Universidad de Derecho, llena hasta la bandera porque nos daba clase Elías Díaz. Convertía el derecho natural en filosofía, había que pensar, había que preguntarse los porqués. Después, no debía de ser tampoco intelectual, pues se unió al PSOE.
Hoy todo está politizado, se ha roto el bipartidismo, y cualquier persona se cree capaz de analizar y hablar de política en los medios, TV y radio.
Y qué decir de las cacareadas redes sociales. Hoy Twitter se ha convertido en un medio antisocial, haces un comentario político que no es del gusto de todos y te cae encima la de Troya, hasta que cierras tu cuenta.
Las empresas investigan en la red al candidato ante un puesto de trabajo, y he visto últimamente consejos para borrar los mensajes que no son adecuados en fechas posteriores.
Mientras tanto, no puedo hablar de política en el ginnasio, porque la gente se molesta; en el grupo de Facebook, tampoco, lo comprendo, somos más de 5.000 adictos y si todos opinamos el grupo duraría dos días, ni en casa, pues mi hijo y yo pensamos diferente (ya me está criticando por no saber escribir Twitter) y, claro, la que se enfada es mi mujer.
Quién me iba a decir que después de luchar contra el viejo general iba a pensar como él en la famosa frase: "No te metas en política, haz como yo".
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