Thomas Hardy, en Oviedo
...y en Gijón y en Siero. El don de la ubicuidad es privilegio de los espíritus, y por eso la película "Lejos del mundanal ruido" nos trae en tres cines de Asturias (¡sólo en tres!) el recuerdo del ilustre narrador victoriano autor de la novela "Far from the madding crowd" en que el filme se basa; obra primeriza entre las grandes del Hardy de "Tess de Ubervilles" y de "Jude el oscuro".
El mejor elogio que se puede hacer de este extraordinario filme es que si algún rastro del atribuido pesimismo de Hardy tuviera dicha novela, el talento del guionista Nichols y del director Vinterberg lo han evanescido; y si es cierto que el realismo del autor no tomaba partido por sus personajes, esta cinta sí que induce al espectador a tener sus preferencias.
"Lejos del mundanal ruido", con una dirección, un guión, una ambientación y una fotografía magistrales, no sería lo que es si faltara la excelente interpretación de la protagonista, Carey Mulligan (dando vida a Bathseba Everdene), en sus distintos temples (seria, valiente, resolutiva, dulce, risueña... enamorada), y entre los varones, que completan el original cuadro amoroso, se puede preferir, por su natural sobriedad, al danés Matthias Schoenaerts, en su papel del pastor Gabriel, mejor que al militar o al hacendado, pintados todos ellos como individuos, no como tipos.
La acción transcurre en la campiña del condado de Dorset, donde muchos braceros cosechan el cereal de dos terratenientes y donde se pastorea ovejas. Hermosos paisajes y escenas en esta patria chica de Hardy, en la que centró su vida y su obra. La cámara se toma la licencia de acercarse a la costa de Dorset para filmar sus bellísimos acantilados.
A pesar de su calificación de "drama", se trata de una película muy entretenida, ingeniosa y emocionante, pues se alternan, con talento, escenas vibrantes y apasionadas, momentos tensos (como cuando por incendio o por diluvio hay que salvar el grano, o cuando hay que intervenir a las ovejas) con otros rientes y plácidos, con cenas, bailes y lances amorosos. Lo imprevisto y la sorpresa salpican la película, y hasta el mismísimo final no se sabe muy bien cómo va a acabar. En suma, una película excepcional, en contraste con la vulgaridad imperante en el cine de hoy.
Thomas Hardy nació en 1840 en la localidad de Bockhampton, a pocas millas de la capital Dorchester, donde murió 88 años después. Se le incluye entre los selectos novelistas de la edad de oro inglesa: Thackeray ("La feria de las vanidades"), Dickens, Emily, Ann y Charlotte Brontë ("Jane Eyre"), Mary A. Evans, "George Eliot" ("Silas Marner", "Adam Bede"), Stevenson ("Dr. Jekyll & Mr. Hyde"), etcétera.
En sus obras, Hardy se inspira en la fuerza del paisaje, no en su descripción. Es más bien un realista atemperado que un pesimista incorregible como se le ha querido ver, si bien en sus últimas y más famosas novelas muestra una visión sombría de la conducta humana. Su profesión de arquitecto, hijo de cantero, se ha asociado a la construcción equilibrada y perfecta de sus novelas.
José María Izquierdo Ruiz
Oviedo
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