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Arriondas, quién te ha visto...

14 de Septiembre del 2009 - Eduardo Samoano Alonso (Kalgoorlie, Australia)

Y quién te ve...

Soy un australiano de padres asturianos y desde pequeño vengo cada dos años a Arriondas. Este verano he pasado aquí cuatro semanas de vacaciones, recorriendo también los municipios vecinos. Me considero, pues, con la suficiente experiencia para formular un juicio autorizado acerca de la capital de Parres.

Con el paso del tiempo, he ido percibiendo un deterioro del atractivo estético y de las condiciones generales de la villa, particularmente en los espacios y los servicios públicos. En primer lugar, ninguna de las dos entradas principales a Arriondas ofrecen una imagen acogedora. Cuando vienes de Oviedo, pasando el hospital, entras por una avenida gris, completamente desangelada.

En el centro del pueblo, las encantadoras zonas verdes del viejo parque han sido sustituidas por un pavimento sin color. No busques allí un punto de atracción para el esparcimiento de adultos y turistas, un rincón para hacerse una foto de recuerdo. No hay tampoco macizos de flores. Falta vida.

Las calles y pasos peatonales que, en el centro, unen bares y restaurantes están banalmente asfaltados, cuando un pavimento de adoquines, al combinar lo moderno con lo antiguo, contribuiría a realzar la zona turística. Si además se cerrara al tráfico en verano, el centro de la villa formaría un espacio peatonal ininterrumpido.

Desde luego, la pasarela que une el centro con el parque de la Concordia es una realización positiva, pero su estética y también su limpieza y mantenimiento dejan bastante que desear. Lo de la estética ya no tiene remedio, pero la falta de higiene y de mantenimiento habría que remediarla de inmediato. En el parque mismo se echan en falta servicios como WC o barbacoas de electricidad o gas, fáciles de usar; las instalaciones para el ejercicio físico son escasas y aparecen degradadas y sin reparar.

La escasez de plazas de aparcamiento constituye, sin duda, uno de los problemas más molestos de la villa. En la margen izquierda, en la zona comprendida entre la pasarela peatonal y el puente sobre el Piloña, tanto las pocas plazas de aparcamiento como los pasos de peatones se ven a menudo invadidos por el depósito de canoas y otros materiales de los negocios de deportes de aventura. Los sitios disponibles te los tienes que ir buscando a ojo, de calle en calle, lo que contribuye al estrés y a la sensación de atasco. Los usuarios tendrían que ser orientados por paneles bien claros y visibles hacia áreas de aparcamiento amplias y de fácil acceso.

Cuando se la compara con Cangas de Onís y con Ribadesella, por nombrar sólo dos de las villas vecinas, se nota que Arriondas ha ido quedando atrás en aspectos tan decisivos como limpieza, atractivo, colorido y dinamismo en general. Pudiendo ser el turismo para Arriondas una fuente de prosperidad tan importante, hoy por hoy no se ve qué puede buscar y retener aquí a un turista, si se exceptúa la semana del Descenso Internacional o los 10 minutos que necesita para alquilar una piragua para bajar el Sella (y eso sin contar que los paseos en piragua también los puede organizar desde Cangas o Ribadesella).

Sin una reacción enérgica, que implique a la población, a las empresas y a la institución municipal, Arriondas se verá definitivamente desbancada por las localidades vecinas, más dinámicas, que aciertan a combinar la tradición con un estilo renovado.

Soy un observador exterior y seguiré viniendo aquí para estar con mi familia y encontrarme con los amigos, pero me duele que Arriondas no cuente como le correspondería por su situación privilegiada en la confluencia del Sella y el Piloña y en la encrucijada de acceso a la «Asturias, Paraíso Natural» –entre los Picos de Europa, el Fitu y las playas del Oriente– y rodeada de alojamientos, restaurantes y empresas de deporte de alta calidad. Una comunidad orgullosa de sí misma no puede consentir que su villa termine clasificada en segundo o tercer rango. No pierdo la esperanza de que el Consistorio parragués recupere la iniciativa y el liderazgo necesarios para que Arriondas recobre su anterior prestigio y alcance el puesto que le corresponde.

Eduardo Samoano Alonso, Kalgoorlie (Australia)

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