Ángeles, ni caso
¡Ya están aquí, llegaron ya los comandos de intervención en defensa de Rita Maestre, #NosotrasConRita. Nosotras son ellas: Pilar Bardem, Pilar Manjón, Maruja Torres. Y otras chicas del montón. ¿No sorprende descubrir en ese orfeón desafinado a nuestra paisana Ángeles Caso? Ángeles Caso, esa mujer tranquila que va por los institutos impartiendo lecciones de ciudadanía a adolescentes en flor. ¿Se postula acaso para el ingreso en el exclusivo club de los demócratas de verdad que pastorea el Zaratustra de Somosaguas, Pablo Iglesias? El esotérico círculo de los demócratas de verdad, fuera del cual se extienden las tinieblas del fascismo donde aúllan los chacales esteparios de la casta.
Así hablaba Zaratustra: En un espacio público no puede haber espacios religiosos: ni capillas ni mezquitas (fin de cita). Se dio la casualidad de que el espacio religioso de Somosaguas era una capilla cristiana (vaya por Dios), y entonces acudió el comando femenino con las tetas al viento (¿ocupando la capilla como cuarto de baño o como club de alterne?). Hubiese sido una mezquita, que acudirían Pablo Iglesias, Errejón, Zapata y compañía, con los prepucios incircuncisos en ristre. En la guerra, como en la guerra. Cuando hay que enfrentarse directamente al fascismo, acuden juntos en unión los chicos y las chicas. Allí estaban Pablo y Rita en comandita tapándole la boca a Rosa Díez cuando tuvo la osadía de querer dar una charla en la Facultad de Políticas. ¿También apoya Caso el boicot a Rosa Díez? Para ser demócratas de verdad, ¿hemos de considerar fascistas a los de UPyD? ¿Porque lo decretan los bildetarras del Norte? ¿Y así hasta dónde y hasta cuándo? ¿Hasta que las piedras griten “Vosotros, leninistas, sois los fascistas”?
O acaso lo que seduce a la escritora de esa tropa sea la creación poética como arma de combate (“Si mi pluma valiera tu pistola”...), el empleo del pareado como ariete: Arderéis como en el 36 (pura incandescencia lírica; podrían añadir: “De cuatro en cuatro como en el 34”), “Sacad vuestros rosarios de nuestros ovarios” (es lo menos que pueden pedir, pero hay que ver las cosas que les pasan a estas mujeres), “El papa no nos deja comer nuestras almejas” (rima asonante, que también vale. ¿Pero de qué están hablando? comer pescado era incluso obligatorio, por lo menos en Cuaresma), ·Menos Vaticano y más poder clitoridiano” (rima consonante muy rotunda, -ano, -ano).
Increíble: tan crecidas y ahí las tienen de hoz y coz inmersas en el freudiano caca-pipí-culo. Libertad de expresión, la que haga falta. Mas, perdida la urbanidad, no habría que descuidar también la higiene; y en lo que precede algo huele a guarrillo. Eso, señoras, no es progreso, es regresión. Regresión anal, para más señas (Freud dixit). En cualquier caso, Caso, atrista verla a usted, mujer tan sosegada, subsumida en una tan larga y estridente algarabía. La de esas féminas feminazis, sextremistas. ¿Felicitarla por su aproximación al partido único de los demócratas de verdad pablo-leninistas? No parece que sea el caso.
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