Oviedo, ciudad de libros y bibliotecas
La lectora Gema Vives denunciaba ayer en su carta de La Nueva España la penosa situación en la que se encuentra la Biblioteca de Asturias, dependiente de la Administración del Principado de Asturias. Y tiene toda la razón en lo que denuncia, pero creo que es necesario precisar las responsabilidades, porque puede darse a entender que el culpable de esa situación es el Gobierno municipal que presidía Agustín Iglesias Caunedo, y nada más lejos de la realidad.
Y para mostrarlo ahí están los datos: en Oviedo el Partido Popular abrió, mantuvo y potenció once bibliotecas repartidas por todo el concejo en las que existen 223.974 publicaciones (libros, cine, música, etcétera), de las que disfrutan 27.422 socios (un número que crece en unas 1.800 personas cada año), que cuentan con fondos especiales (el de arte de Villa Magdalena) y con un servicio de préstamo de libros electrónicos, y que desarrollan una intensa actividad de fomento de la lectura y la cultura (club de lectura, encuentro con escritores, exposiciones, talleres de creación literaria, talleres de animación a la lectura para personas con discapacidad, actividades infantiles –en los cuentacuentos participaron en 2014 6.062 niños–, bebecuentos…) Y como prueba de la importancia que para Agustín Caunedo tienen las bibliotecas baste decir que en el año 2014 la colección de esta red se incrementó en 11.000 publicaciones.
Es, pues, evidente que en Oviedo, con el gobierno del Partido Popular, se apoyó a las bibliotecas y se fomentó la lectura y la cultura. Los socialistas, en cambio, demuestran su desprecio hacia los libros, la cultura y Oviedo con el abandono al que han condenado a la Biblioteca de Asturias, que por este camino se está convirtiendo en el mejor reflejo del fracaso de cambio que prometen el PSOE y sus socios de tripartito. Y desde la radicalidad me temo muy mucho que el abandono de las bibliotecas pueda extenderse a la red de Oviedo que tanto esfuerzo costó construir.
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